La medida fue tomada luego de una reunión plenaria entre ambas instituciones, que aclararon que la suspensión no rige para pacientes oncológicos y con tratamientos nutricionales del PAMI y en Diabesnoa y Planes Especiales del IPS.
Respecto de la atención al resto de las Obras Sociales, las entidades detallaron que evaluarán la situación a la fecha, en base a los pagos y bonificaciones actuales y de acuerdo a ellos decidirán la continuidad o no de la atención.
Mario Assad, presidente del Colegio de Farmacia, consignó a Nuevo Diario que lamentan tomar esta decisión, pero que se les hace difícil sostener el sistema de salud. "Estamos en un contexto político convulsionado y un contexto económico volátil, con una inflación y devaluación acelerada. Como no escapamos a esta emergencia económica que pega a los distintos sectores", detalló.
Explicó que las farmacias comunitarias y oficinales atienden a afiliados con descuento y bonificaciones a Obras Sociales por lo que terminan cobrando a destiempo, tarde y a precio histórico. "En el contexto inflacionario en el que estamos significa que los medicamentos tienen precios impredecibles por los aumentos que van sufriendo. Atendemos hoy y cobramos entre los 30 y 90 días y se nos hace imposible la reposición. Siendo el último eslabón de la comercialización nos toca a nosotros sostener el sistema de salud y en la actual coyuntura macroeconómica se nos hace asfixiante", agregó.
Atraso de pagos
Por otro lado, Assad señaló que la obra social provincial redujo bastante los plazos de pago, pero que buscan que los cronogramas sean más previsibles. “La última vez que cobramos fue el viernes de la semana pasada, que pagaron la primera quincena de junio que se hizo efectivo en farmacias el lunes, y nos desayunamos con una devaluación del 22%. Si bien el pago estuvo dentro del plazo convenido, la actual situación de emergencia económica nos pone en la situación incómoda de tomar este tipo de situaciones”, aseveró.
Sumado a la devaluación, el lunes y martes los farmacéuticos registraron incrementos en laboratorios y droguerías de entre el 15 y 30% en numerosos productos, lo que no se trasladó inmediatamente en los sistemas de validación de las farmacias, por lo que estuvieron vendiendo remedios a precios viejos.
