Así lo anunció el Vaticano en un comunicado que se emitió ayer Viernes Santo, de cara al Domingo de Pascuas, con la finalidad de "preservar su salud en preparación para la vigilia de mañana y la misa del Domingo".
Lo que generó máxima preocupación es que el anuncio se realizó minutos antes del inicio de la ceremonia, en tanto, los organizadores debieron retirar la silla del Papa ubicada frente al Coliseo.
Si bien, fuentes cercanas a la autoridad eclesiástica garantizaron que Bergoglio presidiría la misa por la Pasión de Cristo desde la basílica de San Pedro en la tarde del viernes, se decidió que lo más razonable era que no esté presente en el Vía Crucis. En esta oportunidad, la primera ceremonia se dedicó al "dolor de la guerra, de la inmigración y de la violencia contra las mujeres".
En esta línea, la decisión de que no asista al Vía Crucis se trató "simplemente de una medida de precaución".
Al margen, la salud del papa Francisco estuvo "en buena forma" durante las últimas horas, y hasta el momento no implica "ninguna preocupación particular", sostuvo una fuente del Vaticano.
Anteriormente, habían anulado la participación del pontífice en la ceremonia de 2023 por motivos de salud, aunque en esa ocasión el Vaticano informó Francisco fue hospitalizado por una bronquitis severa.