La movilización se hizo en el marco de una huelga general convocada por los separatistas catalanes. Se trató de la quinta jornada de protestas contra las pesadas penas de cárcel impuestas a sus líderes y, estuvieron salpicadas por nuevos episodios violentos.
Una marea amarilla, roja y azul, los colores de la bandera independentista, reunió a más de 525.000 personas. El ambiente festivo contrastaba con otra marcha con cientos de jóvenes, donde se quemaron barricadas provocando visibles columnas de humo y lanzaron objetos contra el cordón que custodiaba la comisaría central.