Pereyra fue condenado a la pena de tres años de ejecución condicional e inhabilitación especial por dos años y seis meses para el ejercicio de la medicina por el delito de homicidio culposo en la causa del niño de Isonza que falleció por falta de asistencia.
En un comunicado que ayer se viralizó por las redes sociales, se indicó que los colegas de Pereyra decidieron tomar esta decisión entendiendo que el abrazo es por dos víctimas, Luciano y el médico Pereyra.
Entre los argumentos apuntaron a la situación en la que trabajan los médicos con “largas horas de guardia, donde perdemos noción de los tiempos para comer, to-mar un vaso de agua, o hacer un paráte para descansar aunque sea por cinco minutos”.
A ello sumaron que al día de hoy “no se logra cubrir algunas salas con médicos de guardia y (los pacientes pediátricos), quedan al cuidado de enfermería”. En esta realidad sostuvieron que quedan expuestos médicos y pacientes.
Al haberse conmemorado el día del Pediatra el mismo día de la condena, desde el sector se indicó que se recibió “un golpe bajo, hemos sido castigados, calumniados, humillados, agraviados y condenados injustamente” en la persona del médico condenado. Aseguraron que es el sistema el que termina generando la vulnerabilidad que quedó al desnudo en este caso en particular.
