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El éxito del Festival del Libro, por un lado tuvo como respuesta una multitud de gente y por otro generó una polémica de actores culturales en las redes sociales cuestionaron que, además de no respetar los criterios profesionales de expurgo, que un organismo del Estado no puede comercializar su patrimonio. Menos ofrecer por $100 una cantidad ilimitada de libros.
Los cuestionamientos apuntan a que lo que hubiera correspondido era que después de una selección a cargo de bibliotecarios y especialistas, donarlos a bibliotecas populares y escolares.
Nuevo Diario fue en busca de respuestas y dialogó sobre todas estas cuestiones con la directora de la Biblioteca Provincial, Paula Bertini, quien fue tajante: “No fue ni un remate, no fue una subasta, ni una venta de libros”.
Sobre el bono contribución de $100, explicó que “a través de ese importe la gente accedía a los libros. El libro no tenía un valor individual, ni por cantidad, sino que la gente directamente accedía y elegía el libro que quería. O sea que el libro no se vendió, ni hubo ningún remate”.
Los comentarios en las redes discurrían sobre quien consideraba que eran libros repetidos, no importantes O sin valor. También sobre quienes dictaminaron cuales son de descarte. Se preguntaban también si la Biblioteca puede vender libros de su sus depósitos. Si estaban inventariados. Quienes los daban dan de baja, porque vender un bien del estado es un complicado trámite.
Sobre si se actuó con ligereza y falta de conocimiento, la funcionaria detalló a este medio que “la Biblioteca tiene un deposito, según un cálculo mío así al boleo de alrededor de 40 mil libros. Son libros que entré a trabajar en el año 2009, cuando llegué ya ese depósito ya existía. No se sacó ningún libro con número de inventario, ni catalogados como bienes patrimoniales”, respondió.
“El depósito crece día a día. Entonces nos pareció una picardía tener ese depósito lleno de libros que no se movía nunca. Parte de esos libros tenían su número de inventario, registro incorporados a biblioteca, esos libros no se tocaron. Lo que hicimos es limpiar ese depósito, reorganizarlo y e inventarialo".
“Más de la mitad de ese depósito tenía libros que no se habían ingresado nunca al catálogo, porque desde el 2013 se comenzó a poner más condiciones para aceptar donaciones. Ese cúmulo de libros que nosotros sacamos a la calle, nunca fueron ingresados a la Biblioteca, es decir no estaban inventariados. Forma parte del expurgo, un procedimiento técnico interno de cualquier biblioteca para el descarte de libros”, sostuvo.
La recaudación y la finalidad
Bertini a la vez que dijo que desde la Biblioteca no está cerrada a ninguna observación o criticas consideró exitoso en público y valioso ese festival en el que convocó a cerca de dos mil personas, fueron 1.050 personas las que compraron y recaudamos $150 mil pesos que se depositaron en la cuenta bancaria de la Secretaría de Cultura.
“Acompañamos este depósito con un pedido sobre cómo queremos que este dinero se invierta y parte de esa recaudación pueda volver en bienes para la biblioteca, especificando las necesidades que tenemos. Esto volverá con una aprobación o no”, aseveró.
Destacó que al festival vino mucho público lo que lamenta es que se formó una larga fila que haya estado parada dos horas bajo el frío. Pero celebró el interés de la gente. “Fue un fenómeno observar que entre esa cantidad hubo un promedio de edad de 30 años. Yo creo que fue una oportunidad para gente que encontró títulos que venía buscando”.
Repetirían la experiencia
A la vez que la funcionaria sostuvo que su intención es repetir la experiencia, aclaró sobre el procedimiento para llevar adelante esta propuesta.
“Uno hace primero la propuesta, si tus autoridades inmediatas como el Secretario de Cultura Sergio Bravo, no lo permite o lo objetan uno no lo hace. Como eso no pasó se hizo y fue un éxito de público”.
“Para que se entienda bien, porque por ahí se magnifica un poco en este sentido, durante estos 10 últimos años miles de libros salieron en concepto de donación mil veces. ¿Y quien cuestionó que eso? Nadie”.
Luego se preguntó: “¿Alguien cuestionó que hayan pedido donaciones de libros bibliotecas de Cachi, San Antonio de los Cobre, Iruya, de Rosario de la Frontera, etc., y que nosotros los hayamos empaquetado y lo enviáramos?”
“El festival tuvo un procedimientos similares, solo que fue si querés más rimbombante, más mediatico, que entusiasmó mucho”, indicó.
Repitió que los libros liberados no se trataban de “best sellers, ni de libros nuevos, ni tampoco infantiles que no habían. “Eran libros muy antiguos, no quiero decir viejos, porque la antigüedad tiene un claro valor histórico patrimonial. Eran libros desactualizados, libros científicos, libros de historia que tenemos tres o cuatro ejemplares nuevos con ediciones más nuevas en salas”, explicó.
“Tampoco se trató del desmantelamiento de la biblioteca ni de su patrimonio” y sostuvo que “es lo mismo que nosotros venimos haciendo con las donaciones en estos últimos años a bibliotecas populares, escolares, hogares de ancianos, cárceles. Esto fue lo mismo que se hace con la liberación de libros”, consideró.
¿Donaciones a bibliotecas populares cubiertas?
Sobre si considera que está cubiertas las necesidades de donación de libros a bibliotecas populares, Bertini adujo que “las necesidades son otra cosa, pueden estar sin cubrir pero por otras cuestiones. Lo que yo digo es que cada vez que una biblioteca vino y pidió una donación, nosotros entregamos. No solo a esas bibliotecas sino a varias instituciones más. No hay pedidos pendientes, ni gestiones”, aseveró.
A la pregunta sobre si convocaron a bibliotecas populares para preguntarles si no les hacen falta esos libros, detalló: “Bueno, nosotros quisimos hacer otra cosa. Primero un contacto directo con la gente sin intermediación de una institución”.
“Al festival vino el ciudadano común, el estudiante, venía y hacía su propia selección. Se encontraba con la variedad, la oferta de libro, elegía lo que le gustaba y se lo llevaba. Si uno llama a las instituciones no estás estableciendo un contacto con la gente”.
“Es obvio que es válido articular con las bibliotecas. Nosotros todos los años establecemos la compra de libros para las bibliotecas populares y esto está reglamentado por una ley provincial o sea cubre la necesidad de la adquisición bibliográfica”.
Bertini está convencida que cualquier palabra que diga al respecto sobre los libros que pueden o no tener salida de la biblioteca ser puede ser malinterpretada. “Lo que puedo decir es que para los técnicos bibliotecarios, los profesionales de sala, para nuestra evaluación, esos libros no ameritaban estar en sala y podían ser donados”.
“Ahora la metodología que uno use para esa donación puede ser variada. Puede ser una cosa más tradicional como: te embalo los libros y te los mando a la biblioteca. Puede ser algo más novedoso como una liberación de libros, que venimos haciendo desde el año 2013 y que la gente lo celebra mucho, o puede estar esta modalidad abierta al público que es una liberación más masiva”, explicó.
El bono y la venta sin límite
Para la directora de la Biblioteca esta no es una liberación propiamente dicha. “Quizás lo que haya resultado extraño es que la liberación de libros es sin ningún costo y esta movida con la gente hayamos pedido este bono contribución de $100, que no era un valor sobre el libro. Era un bono contribución por acceder a la oferta del libro. Quizás se cuestione eso”.
Respecto a la venta sin límite “nosotros también nos preguntamos un montón, a ver si era válido. Bueno, en realidad está claro que hay un montón de cosas que podrían revisar o ajustar”, reconoció.
“Desde la gestión pública, lo más necio que uno puede hacer es plantarte en una posición, no escuchar y no evaluar. Digamos las gestiones no son perfectas porque están hechas por seres humanos. A veces uno propone ciertas cosas y hay veces que las tiene que revisar. Eso está bien. No voy a ser tan necia de decir que salió perfecto”.
“Puedo enumerar todo lo que podemos revisar, corregir y creo que por suerte, al igual que la gente nos felicitó, también nos hizo las mismas sugerencias y críticas que ya las incorporamos”, aseveró.
Se liberan 500 libros al año
“Como Biblioteca nosotros destinamos en Otoño y Primavera, dos veces al año, unos 500 libros en para la liberación. La verdad en nadie dijo nada de esas liberaciones, sobre que libros estamos cediendo, con qué criterio y por qué lo sacábamos de la biblioteca”, agregó.
“En conclusión, quizás el acceso al libro a través del bono contribución haya hecho algo de ruido, pero la verdad que fue una iniciativa para, por un lado expurgar y por otro lado, para que la biblioteca pueda, acceder a un fondo que le va a permitir hacer determinadas actividades”, consideró Bertini.
Finalmente la funcionaria invitó a quien quiera conocer en profundidad cuales fueron los criterios que se hicieron para este expurgo, puede venir a la Biblioteca, les mostramos las disposiciones, el proyecto, y los asesoramos sobre cuáles son las experiencias del expurgo en el mundo, porque esto se hace así en el mundo”, concluyó.
