Rafael Falcón es el principal sospechoso del homicidio de Nahuel Vilte Martínez, ultimado en la madrugada del domingo en el Parque San Martín.
El trágico desenlace expuso una organización extorsiva, que estaría a cargo de Javier Farfán y de su esposa Alejandra Quinteros, quien tomó el control de ese sector del parque para usufructuar con el cobro del derecho de piso a vendedores ambulantes. Desde hace aproximadamente siete años, todos los puestos funcionan en la zona en forma irregular. Se trata de la cuadra de San Martín y Lavalle, frente al lago.
Los familiares de Nahuel alertaron que Javier Farfán sería otro de los implicados en el homicidio y a quien los feriantes el domingo por la tarde le prendieron fuego el puesto y que continúa en libertad.
En tanto Falcón fue detenido mientras circulaba a pie sobre ruta nacional 9, en proximidades el ex peaje de Aunor.
El fatídico incidente ocurrió en la madrugada del domingo, luego que Nahuel, quien trabajaba como cadete de un reconocido restaurante, llegó al puesto de venta de sándwich de sus padres en el parque San Martín, en cercanía al lago, y se enteró que Javier Farfán en estado de ebriedad golpeó con un fierro en el ojo a su hermana y además maltrató a su madre.
Fue entonces que increpó a Farfán y un empleado de éste lo ultimó con un cuchillo.
Sin embargo, el mismo Farfán por insistencia de una de las feriantes, lo cargó a Nahuel en la caja de la camioneta, lo dejó en la guardia del San Bernardo y se dio a la fuga. El joven llegó sin signos vitales al nosocomio.
La madre de la víctima contó que el amedrentamiento hacia ella y su familia era constante y comenzaron cuando ella le dio lugar para que también tengan un puesto de venta en el parque, a una familia venezolana.
Farfán y Quinteros se jactaban de tener al menos diez puestos de ventas y además tenían empleados que cuidan y amedrentan a los puesteros para que paguen por el piso.
Falta de control
Los feriantes de San Martín y pasaje Beltrán aseguraron que la muerte del joven de 22 años estaba anunciada, debido a la falta de control de la Municipalidad de Salta.
“En reiteradas oportunidades le pedimos a los funcionarios que eviten que se asienten en el parque los vendedores ambulantes y no tuvimos respuestas”, indicó a Nuevo Diario Ulises Alvarado, representante de la Asociación de Artesanos Martín Miguel de Güemes.
Los puesteros de ese sector están controlados por dos asociaciones que tienen personería jurídica, una a cargo de Alvarado y la otra de Carlos Godoy (Asociación de Vendedores Ambulantes).
“Todos necesitamos trabajar, pero ¿dónde está el control?. Nos dijeron que después de la fiesta del Milagro se iban todos. Se fueron pero después volvieron. Hubiera estado bueno que la gente venga a trabajar por el día, desarme las cosas y se vayan, pero algunos se quedaban a dormir, sobre todo los fines de semana", manifestó Alvarado.
Agregó que esta situación los perjudica porque ellos pagan impuestos y tienen gastos de seguridad.
"La Policía no hace nada y los inspectores de la Municipalidad cobran coimas", remarcó.
