Estos protocolos se llevarán adelante en los 34 espacios de tratamiento y rehabilitación donde concurren niños, adolescentes y adultos con discapacidad en la provincia, tanto escuelas como centros de educación integral
Así lo indicó a Nuevo Diario, Agostina Arias Pérez, Coordinadora de Educación Especial de la provincia, que detalló que en Salta existen un total de 31 escuelas de educación especial, y 3 centros de educación integral para adolescentes y jóvenes con discapacidad, todos pertenecientes al Estado. “Los estudiantes con discapacidad vuelven a clases como cualquier otro tipo de estudiante porque no es población de riesgo”, dijo, y explicó que la discapacidad no necesariamente se asocia a una cuestión clínica.
Asimismo dio detalles sobre las resoluciones nacionales a las que la provincia adhirió en materia de protocolos para la vuelta a clases, que tienen un apartado para las instituciones de educación especial. La coordinadora sostuvo que las escuelas especiales tienen el mismo protocolo que el resto de las escuelas, "aunque tenemos una resolución específica que es la 377”. En ese sentido se contemplan cuestiones por ejemplo, como la de los acompañantes terapéuticos: “los chicos que así lo requieren, pueden tener un docente o un equipo de apoyo que si es necesario, esté presente en el aula”. Según la citada resolución, para este caso se deben rediseñar los espacios en el aula para que este docente se encuentre presente: “ellos serán considerados contactos estrechos, en caso de contagio o de sospechas”, aclaró.
Además, en las escuelas de educación especial se recomienda dar prioridad a aquellos/as estudiantes con discapacidad que no han mantenido vinculación con las propuestas de enseñanza durante el ASPO, a aquellos/as que no han contado con los medios tecnológicos para sostener la continuidad pedagógica de manera virtual, y a aquellos que han tenido una vinculación de baja intensidad con las propuestas de enseñanza.
Otro de los puntos sobre los que el protocolo enfatiza son aquellas medidas específicas de higiene a adoptar para permitir la escolaridad de niños, niñas, adolescentes y jóvenes que requieren de silla de ruedas, equipamiento o tecnología asistida.