Así lo expresó el abogado Pablo Cisneros representante de algunas de las familias damnificadas, en el diálogo con el periodista Claudio Yapura de FM La 20.
“Aproximadamente 30-40% de las familias de Aguas Blancas no posee título de propiedad, y un personaje del pueblo (cuyos datos se reservó) optó por la vía delictiva para pretender hacerles creer a las familias que pagándoselos a él -nuevamente- los terrenos, regularizarían estas situaciones”, dijo Cisneros y explicó que hubo una ventana legal en los ´70 en la que no se realizó el debido escrituramiento de los terrenos en esa comunidad, y los gobernantes de turno no gestionaron ni asesoraron oportunamente a estas comunidades, por lo que los poseedores legales de los terrenos se han quedado solo con el boleto de compra-venta.
Hoy por hoy “Es una cuestión cultural que debería modificarse, a fin de no generar situaciones ilegales y delictivas. Muchas veces se utiliza el erróneo dato de que los boletos de compraventa tienen una caducidad, y eso no es así”, afirmó el letrado.
Además relató que se trata de una persona que se organizó para cobrar nuevamente los terrenos que legalmente les pertenece, muchos, por miedo han optado por pagarle a esta persona.
La odisea de los Rojas
Uno de los casos representando el Dr. Cisneros es el de familia Rojas, la cual se vio desposeída violentamente de la legítima posesión del inmueble, y con quien el medio oranense también mantuvo comunicación.
Según el testimonio del Sr. Rojas el terreno fue comprado por sus padres, quienes recibieron el boleto de compraventa en el año 1974 cuando terminaron de pagarlo. La dueña falleció en el ´99 y el dueño en el 2007, mientras que él sigue viviendo en la casa y pagando los servicios e impuestos.
Hace 3 años quiso iniciar la escrituración del terreno a su nombre, con el visto bueno de sus hermanos, y fue en ese momento interpelado por “este señor -que es quien actualmente nos despojó de nuestra casa” dijo Rojas y agregó “nos pidió los papeles originales y nos dijo que ya no estaban vigentes”. A partir de este momento se inició un período de largas evasivas al Sr. Rojas y terminó vendiendo el terreno a unos vecinos a espaldas de su legítimo dueño, con el consecuente episodio brutal de desalojo; situación que se dio también con otros vecinos.