Los adherentes al ex presidente lo ocuparon violentamente para impedir la oficialización del triunfo de Joe Biden en las elecciones de noviembre pasado.
Trump primero convenció a sus partidarios de que las elecciones fueron un robo y después "renunció a su rol de comandante en jefe y se convirtió en el incitador en jefe de una peligrosa insurrección", afirmó el legislador Jamie Raskin, la voz principal de los fiscales del proceso.
“La evidencia va a demostrar que él sabía lo que iba a ocurrir y que no estaba para nada sorprendido por la violencia", sentenció Raskin, para quien “cuando de forma inexorable e inevitable estalló la violencia”, Trump “abdicó totalmente a sus deberes".
Los conceptos fueron parte de la argumentación acusatoria contra Trump en la segunda jornada del proceso, después de que el martes se resolvieran algunas cuestiones menores de fondo y la central sobre la constitucionalidad o no del juicio.
Aún así, las chances de una condena parecen remotas, porque los demócratas deben convencer para eso a 17 senadores republicanos de que el exmandatario es culpable del cargo de incitación a la insurrección.
"Él se regocijó en esto y no hizo nada para ayudarnos como comandante en jefe", afirmó Raskin, que insistió en que la turba "fue enviada acá por el presidente, fueron invitados por el presidente de Estados Unidos".
La presentación de los cargos por parte de delegados demócratas de la Cámara de Representantes llevará un día más, a diferencia del primer juicio político contra Trump el año pasado por las acusaciones de abuso de poder, un proceso que se extendió por tres semanas.
Una vez que concluyan será el turno de los abogados defensores, para presentar sus argumentos en el proceso que es encabezado por el senador demócrata Patrick Leahy (tercero en la línea de sucesión presidencial).
La OMS en China
Los expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) terminaron su labor en Wuhan sin determinar el origen del virus que causó la muerte de más de 2,3 millones de personas en todo el mundo, trabajo que realizaron en medio de fuertes presiones, con Estados Unidos exigiendo una "sólida" investigación y China advirtiendo contra la politización de la misión. El Gobierno de Donald Trump había acusado al Instituto de virología de Wuhan de haber dejado escapar el virus. Un integrante de la OMS salió al cruce de comentarios del Gobierno de Estados Unidos, que sembró dudas sobre el trabajo de la misión.