“Lo ocurrido fueron hechos de gran conmoción. Téngase presente que sucedieron días antes del golpe militar, las víctimas, el ex gobernador, Ragone y el sindicalista, Guillermo Álzaga, fueron dos figuras emblemáticas para Salta, con gran convocatoria popular”, explicó y agregó que el objetivo era “eliminar a estos eventuales enemigos del estado en preparación para el golpe militar”.
Respecto a la situación de Lona, quien se trató de un símbolo de acumulación de poder en la provincia en esa época nefasta, López Arias, señaló que “me parece bien que se investigue. Yo no quiero hacer un juicio personal de Lona, pero evidentemente en la Argentina de esa época, quienes tenían responsabilidad en la justicia federal o eran parte o eran cómplices o por lo menos omitían algunas cosas (...)”.
“Y fueron cosas terribles, reiteró no lo estoy juzgando a Lona, eso es algo que debe hacer la justicia”. Sobre la actuación del magistrado, el funcionario resaltó que recién se activó la causa en el año 1986. “O sea después de más de 10 años del secuestro. La primera hipótesis fue la de los santiagueños y de ahí no se movió más la causa”.
“Empezó a moverse cuando, actuando como querellantes, comenzamos a investigar”. Reconoció que el ex juez, ahora acusado, accedió a tomar la declaración al testigo Domingo Nolasco Rodríguez.
“Lona le tomó la declaración, no puedo decir nada al respecto”. Sobre por qué no activó la causa antes, respondió que “yo no puedo juzgar las intenciones de cada uno, pero que la causa no se movió para nada hasta que empezamos a actuar como querellante, eso fue así”.