Se trata nada menos que de Kike Teruel, uno de Los Nocheros y Kevin Benavides, flamante campeón del Dakar 2021, nombres que ahora están en la mira de todos, tanto en Salta como a nivel nacional, y no precisamente por los logros obtenidos en sus respectivas carreras. Sucede que a través de las redes sociales, salieron a luz videos y acusaciones en contra del cantante y el motociclista por fiestas clandestinas de las que habrían participado, en las cuales no se habrían respetado las normas de seguridad sanitaria. En el caso de Benavides, las críticas también se extendieron al gobierno provincial, ya que varios funcionarios aparecieron en los festejos iniciales al primer campeón salteño del Rally Dakar.
Bajo la denominación de “fiestas clandestinas VIP”, los casos saltaron rápidamente a los medios locales, para luego repercutir a nivel nacional. Mientras en el caso de Teruel la acusación incluye una pelea que dejó a un supuesto invitado herido gravemente, en el caso de Benavides las críticas apuntan contra la supuesta impunidad que habría rodeado la fiesta, la cual contó con la participación de un reconocido cantante de cumbia, sin contar el exceso de invitados a la fiesta.
Denuncias
Por ambos casos, ayer el Ministerio Público informó que se abrieron dos causas penales, aunque a diferencia de otros casos de destacada notoriedad, la Procuración, alineada con el gobierno, prefirió el bajo perfil.
Solamente se conoció que el fiscal penal Ramiro Ramos Ossorio, se encuentra al frente del caso que tiene al cantante nochero en la mira.
Respecto al caso de Benavides, se informó que la investigación penal se encuentra en manos del fiscal Horacio Córdoba Mazuranic, quien habría dispuesto ya medidas para conocer en detalles lo sucedido en la supuesta fiesta vip que tuvo el motociclista.
Esta tarea no sería muy difícil, pues en el caso de Benavides se viralizaron varios videos de la fiesta, en las que se puede apreciar fácilmente que no hubo control ni se cumplieron con las normas sanitarias que el mismo gobierno impuso en el marco de la pandemia del coronavirus.
A todo esto, los cuestionamientos también apuntaron contra la policía, pues en lugar de intervenir y realizar las actas, multas y demorar a los infractores, como sucedió en otros casos ocurridos en barrios de menor categoría y propietarios muchos menos famosos, prácticamente la fuerza policial ni se enteró de estos casos.
Esto, obviamente, dejó abierta la sospecha de que la persecución contra las fiestas clandestinas apuntaría sólo a sectores menos pudientes, mientras que otros, más vip, gozarían de impunidad.