El presidente Alberto Fernández, y su vice Cristina Fernández de Kirchner, hablaron frente a la gran multitud que se reunió durante toda la jornada de ayer en Plaza de Mayo, frente a la Casa Rosada en un final de fiesta que terminó con una lluvia de papelitos y fuegos artificiales.
Cuando ya cayó la noche, luego de una festival y calurosa jornada de show musicales, en su discurso reiteraron que la administración de Mauricio Macri “dejó tierra arrasada”, y que “se terminaron los operadores judiciales y los linchamientos mediáticos”.
Al término del festival que incluyó la presentación de numerosos artistas durante toda la tarde, Fernández aseguró desde el escenario que el peronismo “no va a dividirse nunca más” porque en ese contexto “ellos se hacen fuertes”, en referencia a la oposición, a la vez que señaló “a los que creyeron en esas políticas, espero que hayan entendido cómo funciona eso”.
“Es un sistema que beneficia a unos pocos y castiga a las mayorías populares”, subrayó sobre el modelo económico de Cambiemos y anticipó que bajo su gobierno “se impondrá la solidaridad que siempre nos hizo vivir”.
Además el mandatario planteó que “en la Argentina que se viene, se terminaron los operadores judiciales y los linchamientos mediáticos”.
En el mensaje que el mandatario brindó ante la multitud se abogó por garantizar “un sistema judicial que no nos avergüence y que no utilice la prisión preventiva para amedrentar a opositores”.
"El tiempo que se inicia es distinto, a la meritocracia del individualismo le vamos anteponer la solidaridad de nuestro movimiento político. Vamos a poner fin al hambre que es algo que debe avergonzarnos", señaló. “Lo importante es que hoy en esta plaza estamos Cristina, yo y todos ustedes unidos para poner a la Argentina de pie", enfatizó.
Por su parte, Cristina Fernández de Kirchner repasó que los cuatro años de gobierno de Macri fueron muy duros “para tantos, por la pobreza, el trabajo y el hambre”, pero recordó que también fueron difíciles para “quienes fueron objeto de persecución, y se nos buscó que literalmente desapareciéramos como seres humanos, a través de la humillación”.
Sin embargo, abogó por que “los dirigentes políticos entiendan con generosidad y humildad” que “no todo empieza y termina en uno”, sino que al contrario “uno es más grande cuando forma parte de un todo”, en referencia al armado peronista del Frente de Todos.
Por último le dirigió unas palabras al presidente Alberto Fernández y señaló “que tiene por delante una tarea muy dura”, porque la gestión de Cambiemos “le ha dejado un país devastado”.
Durante su discurso, que precedió al del jefe de Estado, Cristina también reclamó que el coraje, "que se demuestra en la adversidad y desde el llano", y la lealtad, que no es seguidismo, deben tener por objetivo "el amor". "Hemos unido las voluntades de millones que creen que es posible vivir en un país mejor (...) la historia la escriben los pueblos", dijo la vicepresidenta.
Jura de los ministros
Alberto Fernández les tomó juramento a los ministros de su Gabinete en el Museo del Bicentenario. Cerca de las 17.40 llegó el flamante mandatario a ese sector de la Casa Rosada, acompañado por Cristina Kirchner, que se ubicó en primera fila.
El primero fue Santiago Cafiero, elegido como jefe de Gabinete. Luego fue el turno de los ministros. La escribana de la Nación primero leyó el nombre de cada uno de los nuevos funcionarios y luego fueron pasando una a uno para cumplir con la jura. Los fueron Carlos Zannini, el nuevo Procurador del Tesoro; Eduardo de Pedro a cargo de la cartera del Interior; y Ginés González García, de Salud.
Una de las particularidades de la tarde es que de 26 juras, 13 fueron por la Patria, 8 por Dios y la Patria y 5 por Dios, la Patria y los Santos Evangelios.
