Ayer cortaron por unas horas la ruta 23. Hasta las 19, ayer los trabajadores y delegados de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) esperaron algún tipo de reunión con el intendente Ignacio Jarsún para que de una vez se destrabe así la situación.
La medida de fuerza arrancó a principio de mes cuando los trabajadores fueron notificados sobre el vencimiento de los contratos y la decisión municipal de no renovarlos. Esta situación ameritó el inicio de un paro, en medio de una conciliación obligatoria por el pago del adicional mensual de $1500, que según el sindicato, la Municipalidad quebró al dar de baja los contratos.
Ante la negativa del Ejecutivo municipal de ceder ante los reclamos y “ante la mafia sindical”, como catalogara Jarsún oportunamente, unas mujeres decidieron iniciar huelga de hambre, la que duró solo 12 días debido a las descompensaciones de las trabajadoras.
En declaraciones a Nuevo Diario, Jarsún aseguró que otorgará a todos los municipales una suma de $500 (en vez de los $1500) con acuerdo de los trabajadores de ATE y no de los dirigentes sindicales. Al respecto José Núñez, delegado de ATE, sostuvo: “bueno, ya todos saben que Jarsún es mentiroso, yo a las pruebas me remito. El no puede decir lo mismo y a los $500 lo arregló UPCN (Unión de Personal Civil de la Nación) que es un gremio que está con el intendente".
"Yo pedía $1.500, pero bueno a mí no me afecta sino a todos los compañeros municipales”. El sindicalista aseguró que al no tener respuestas del Ejecutivo que busquen destrabar el conflicto, las medidas de fuerza se endurecerán".