La fiesta tiene el encanto de una ceremonia. Desde las 8 de la mañana se espera la llegada de la gente con el convite de mate cocido con bollos, mientras los feriantes le dan los toque finales a cada stand donde se exhiben cada una de las coloridas variedades.
Indudablemente la papa andina es hoy un producto gourmet que se come en los más reconocidos restaurantes del país. En los alrededores de El Alfarcito, se cultiva a 4 mil metros de altura luego de ser lavada, clasifica y en algunos casos empaquetada, baja de los cerros para esta feria a lomo de burro y para el deleite de salteños y turistas.
En la feria habrá variedades, tamaños y calidades de papas andinas para todos los gustos. Lo que no hasta hace mucho se desechaba, hoy debido a su promoción y desarrollo, adquirió un valor agregado que es un buen sustento a muchas familias de la zona.
Ahora también está considerado un producto gourmet elegido cada vez más por los cheff y cocineros del país y del mundo, porque además se exporta. Desde la organización se comentó hoy que el año pasado desde El Alfarcito se envió una remesa de papa andina a Barcelona, por ejemplo.
Sabores, colores y textura
Se cultivan papas de diversas variedades. No todas saben iguales. Las hay de distintos sabores, colores y formas. Todo depende de la preparación elegida y de la vista que se quiera dar a un plato tradicional o fusión estilo europeo.
En la feria se podrán desgustar porque también habrá platos regionales todos en base a las papas andinas, y platos gourmet para paladares más exigentes.
Los que saben diferenciar encontrarán también que hay de varios sabores. Algunas son dulces, otras algo saladas, cremosas o arenosas. Para degustar estas texturas muchos la prefieren solamente hervidas para comerclas con su cáscara y queso de cabra.
La cobinación siempre depende de la creatividad del cocinero y el paladar del comensal. Pero lo que hace de la papa andina un producto netamente organico, noble por su rica historia cultural alimenticia; también por su sabor y poder de conservación.
Una vez comprada en la heladera puede durar varias semanas y preparadas en comidas pueden conservarse en tranquilamente en el frezzer por su bajo contenido de almidón.
Los productores de la zona vienen trabajando para su conservación hace mucho, al punto que ya inauguraron una camara frigorifica en Campo Quijano para almacenar la papa andina.
Feria con una veintena de productores
Para la feria del sábado venidero bajaron de los cerros unos 20 productores con sus bolsas de papa a lomo de burro para que los visitantes, puedan apreciar los progresos alcanzados con este producto andino que hoy es un ingrediente importante en la gastronomía argentina-
Cada vez más los chef y cocineros miran al Norte argentino a la hora de crear sus exquisiteses para restaurantes y eventos gourmet. La papa andina, como la quinoa y la chia, hoy tiene un valor agregado que ante no lo tenía.
La octava edición de la Fiesta y Feria de la Papa Andina, está organizada por la Cooperativa de la Quebrada del Toro “Teki Masi”, el Colegio Secundario de Montaña y la Fundación Alfarcito de Salta con el apoyo del Ministerio de Cultura, Turismo y Deportes.
En la fiesta se podrá degustar platos tradicionales salteños, del norte y comidas andinas. Disfrutar de las danzas tradicionales y la música folclórica con las actuaciones de Los del Portezuelo, ucanyChaya, Los Ñaños, Leo Tejerina y muchos artistas más.
Este octavo encuentro se realiza como todos los años en El Alfarcito, en ruta nacional 51, kilómetro 82. El presidente de la Fundación Alfarcito, Daniel Canonica, recibirá a los visitantes en persona desde las 8.30 de la mañana con el convite de mate cocido y bollos. La fiesta culminará alrededor de las 17, con la tradicional misa de acción de gracias.
Canonica recordó que los productores locales exhibirán y tendrán a la venta las distintas variedades de papas. Remarcó además que si no se cuenta con vehículo propio para llegar al lugar, desde las 9 horas, habrá colectivos que partirán desde quijano hacia El Alfarcito. La entrada es libre y gratuita.
