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En sendos informes, la licenciada en Trabajo Social, Rita Ester Domínguez y la psicóloga, María Laura Cabezas, expresaron que “si los jujeños no pueden contar económica y políticamente con la garantía de la existencia libre de la misma, para los usos culturales y sociales, la calidad de vida de los pueblos se vería muy afectada”.
En otro párrafo de sus reportes, indicaron que “el desabastecimiento de hojas de coca para su consumo por parte de las comunidades indígenas y los trabajadores de la provincia de Jujuy ha generado una situación de malestar social que es necesario abordar”.
En ese sentido, señalaron que la práctica del coqueo es la base de la identidad de los pueblos indígenas, arraigada culturalmente, pero de apropiación de todas las clases pues se encuentra incorporada a la vida cotidiana, tanto en los ámbitos públicos como privados, ya que mitiga el hambre, la sed y el cansancio físico.
Explicaron también que “el consumo de hojas de coca se ha materializado como un organizador de la dinámica del trabajo individual, familiar y comunitario del pueblo jujeño, siendo un soporte para la producción en pos de garantizar la satisfacción de necesidades básicas como la alimentación, vestimenta, educación y también como uso energético y complemento nutricional”.
Desde el siglo XVIII
Se refirieron al valor histórico cultural y antropológico, indicando que según el antropólogo Ricardo Abduca, el uso de las hojas de coca en el NOA se remonta al siglo XVIII y que para 1920 se había extendido a todas las clases sociales.
El 15 de mayo, en tanto, se agregó un informe de la Secretaría de Salud Mental y Adicciones del Ministerio de Salud de Jujuy, en el cual el médico psiquiatra, Agustín Yécora, expuso que “de acuerdo con ‘la validación de un cuestionario de medición de intensidad y frecuencia de coqueo (Zampoi, 2018)’, el consumo de hoja de coca es propio del Noroeste Argentino y de gran parte de la región andina”.
Sostuvo que “el coqueo constituye una práctica vigente y relevante en la cultura, tanto por su implicancia en rituales de celebración como por los beneficios que otorga para la supervivencia en condiciones de altura”.