La tercerización de los puestos de control es un proyecto que ya se pensaba hace unos diez años atrás. De concretarse, afectará a unos 70 trabajadores que se desempeñan en los puestos de control.
De acuerdo a lo planteado por los referentes sindicales de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) y de la Asociación de Trabajadores de la Administración Pública Provincial de Salta (ATAP), en los puestos de control fijos y móviles hay falencias técnicas por falta de inversión y mantenimiento desde hace bastante tiempo, por lo que entienden que la venida abajo de los mismos sería para después privatizarlos justificadamente.
“Tenemos información de un funcionario provincial que hay intenciones de privatizar los cuatro puestos fijos de control más los móviles que tiene la Dirección de Rentas. La excusa es que dan pérdidas y que son ineficientes. Por el contrario. nosotros decimos que hay superávit a pesar de las falencia técnicas que tienen los puestos”, detalló a Nuevo Diario, Miguel Rojo, secretario de la ATAP.
El sindicalista consideró que a pesar de algunas ineficiencias en los puestos de control y la falta de directivas certeras de los funcionarios a cargo para mantener el equipamiento y las instalaciones, el comercio ilegal y los decomisos realizados son superhavitarios.
Por su parte, José Isella, miembro de la comisión directiva de ATE, fue más a fondo y relató que en una reunión con el secretario de Ingresos Públicos, Diego Dorigato, éste le manifestó que “tiene el pensamiento que los puestos de control son una pérdida”.
Por lo que afirmó: “Para nosotros hay intención de agarrar un negocio rentable y muy apetecible. No es la primera vez que se intenta hacerlo, nosotros ya nos opusimos con anterioridad”.
Balanzas rotas
Sobre las anomalías en los puestos de control, Isella precisó que en El Quebrachal, los trabajadores no cuentan con internet lo que impide el entrecruzamiento de datos y controlar irregularidades. Se suma que el visor de la balanza no funciona.
En el puesto El Naranjo de Rosario de la Frontera, la balanza no está calibrada arrojando diferencias de pesaje de 1.000 kilogramos, y la platabanda y los conos funcionan parcialmente.
“En Vaqueros la balanza no funciona y en Profesor Salvador Mazza cuando llueve, la playa de estacionamiento donde funciona el control es intransitable por lo que hace falta que enripien. En ninguno de los puestos de control funciona el aire acondicionado”, agregó.