RELACIÓN ANCESTRAL CON EL ENTORNO

Se sabe como subsistieron 40 días los niños perdidos en la selva colombiana

La espesura de la selva ocultó durante 40 días a 4 niños indígenas colombianos sobrevivientes de un accidente aéreo. Algunos catalogan su supervivencia como un milagro; otros dicen que forma parte de la relación ancestral con el entorno que tienen los pueblos originarios.

Soldados e indígenas atienden a los cuatro niños indígenas en la selva de Solano, estado de Caquetá, Colombia. (Foto: FF.AA. Colombia).
Soldados e indígenas atienden a los cuatro niños indígenas en la selva de Solano, estado de Caquetá, Colombia. (Foto: FF.AA. Colombia).

Lesly Mucutuy, de 13 años; Soleiny Mucutuy, de 9 años; Tien Noriel Ronoque Mucutuy, de 4 años; y Cristin Neriman Ranoque Mucutuy, de un año, son los nombres de los pequeños del pueblo uitoto que estuvieron perdidos 40 días en una región selvática del departamento del Guaviare, en la frontera con el Caquetá, en la Amazonía colombiana.

En la historia de la desaparición de estos niños se mezclan elementos extraídos de la realidad colombiana con situaciones que parecieran desafiarla. 

La líder indígena de la Organización de Pueblos Indígenas de la Amazonía Colombiana (OPIAC), Rufina Román, aseveró que el haber encontrado a los niños con vida fue "una muestra de espiritualidad" y del trabajo de los abuelos y mayores para pedir a la madre tierra que "los espíritus ancestrales cuidaran" de ellos.

Para esta organización, la sobrevivencia de los infantes "es una muestra del conocimiento y relacionamiento con el medio natural de vida, el cual se enseña desde el vientre de la madre".

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¿Cómo subsistieron?

A pesar de que los niños tienen signos de desnutrición, pudieron consumir elementos que fueron arrojados a la selva por los organismos estatales desde helicóptero y algunas hierbas, pepas y raíces del entorno.

Desde las alturas se lanzaron kits con agua, suero, bocadillo de pulpa de guayaba y fariña o mañoco, que es una harina tradicional de los pueblos originarios hecha a base de yuca amarga o yuca brava, que posee importantes propiedades alimenticias.

La comunidad explicó que los niños encontraron uno de los paquetes de provisiones de emergencia que lanzaron los militares. También recibieron uno de los panfletos escritos en español y en uitoto y escucharon el llamado de la abuela, que a través de unos altavoces les pedía que se quedaran quietos.

No se les veían heridas, salvo por una en proceso de cicatrización en la cabeza de Lesly. Preocupaba, más bien, el tono débil de sus voces y el desgaste de las ropas, que estaban rasgadas y húmedas tras días de enfrentar las lluvias constantes de la selva.

Además de las condiciones adversas del terreno y la escasez de alimento, los niños se escondían de su rescatista en los troncos porque les daba miedo el ruido y el ladrido de los perros, según afirmó su abuelo, Fidencio Valencia.

Valencia relató que sus ropas estaban rotas y que no tenían calzado. "Ellos estaban mal ya, ya estaban agotados", dijo.

Otro familiar de los menores, Dairo Juvenal Mucutuy, contó que el único niño que le habló cuando llegó le dijo: "Tío, quiero los zapatos, quiero caminar, pero me duelen los pies". 

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"Operación Esperanza"

La selva se los llevó y los devolvió. Tras cuarenta días de búsqueda, las Fuerzas Militares confirmaron el hallazgo con vida de los cuatro niños que sobrevivieron al accidente aéreo donde perecieron su madre, Magdalena Mucutuy Valencia, perteneciente a la etnia muinane; Hermán Mendoza Hernández, líder indígena del pueblo Uitoto; y Hernando Murcia Morales, piloto.

Para realizar la búsqueda se conformó la 'Operación Esperanza', un dispositivo mixto compuesto por 200 personas, entre los que se encontraban más de 120 uniformados del Ejército, así como unos 85 indígenas de diferentes comunidades con experiencia en rescate y áreas selváticas y caninos.

El encuentro con los pequeños ocurrió cuando varios rescatistas uitoto ubicaron una especie de cambuche construido con troncos delgados y hojas de árboles, hecho por los menores de edad con los dientes.

En video que circuló en las redes, se ve a tres de los pequeños en estado de choque junto a las personas que los encontraron, mientras que la bebé de un año reposa en los brazos de un hombre que le canta una canción de cuna.

Posteriormente, los niños fueron entregados a las Fuerzas Militares, que los llevó a una base aérea en San José del Guaviare. De allí viajaron con destino a Bogotá en una ambulancia de la Fuerza Aérea dotada con personal y equipamiento para su atención. 

El Ejército colombiano difundió en su cuenta de Twitter dos dibujos que les hicieron los hermanos en agradecimiento por su labor. En uno de ellos se observa a Wilson, el perro rescatista perteneciente a las fuerzas militares, que los habría acompañado.

¿Dónde están los niños ahora?

Actualmente los pequeños se encuentran en el Hospital Militar de Bogotá, donde son atendidos. Según detalló el sábado el médico y mayor general Carlos Rincón Arango, los menores tienen compromiso nutricional, pero se encuentran en condiciones "aceptables".

Allí deberían permanecer entre una y tres semanas. Aunque su salud no está comprometida, aún no pueden ingerir alimentos sólidos. Además, tienen algunas lesiones en tejidos blandos y en la piel y picaduras. La bebé es quien más atención nutricional requiere, y su proceso de recuperación podría tomar tiempo, reporta la prensa local.

Por otro lado, la cadena Caracol informó que el perro Wilson sigue desaparecido. Se había perdido el pasado 8 de junio, en medio del operativo en la selva. Se cree que estuvo junto a los niños.

"Un ejemplo de sobrevivencia"

El mismo día del hallazgo, el presidente colombiano, Gustavo Petro, dijo en una rueda de prensa que los cuatro infantes eran "un ejemplo de sobrevivencia total que quedará en la historia (…) son los niños de la paz y los niños de Colombia".

El mandatario, que se trasladó al hospital donde fueron ingresados, destacó en un trino el "encuentro de saberes" entre los indígenas y militares que participaron en las labores de búsqueda.

"El encuentro de fuerzas por un bien común (…) aquí se muestra un camino diferente para Colombia: creo que este es el verdadero camino de la paz", agregó.

Debido a la gran expectativa generada por esta desaparición, tres semanas después de que se estrellara la avioneta, el presidente colombiano informó en un tuit que los menores "habían sido hallados con vida y gozaban de buena salud". Sin embargo, tuvo que borrar la interacción debido a que el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, (ICBF) le había proporcionado una información errada producto de un malentendido.

"Esa niña es muy tesa"

"Todo era un riesgo. No sabíamos si había disidencias, minas, todo tenía veneno. El clima era tropical húmedo, entonces usted todo el día estaba mojado, de noche hacía frío e igual uno estaba mojado (…) La selva era espesísima, usted no podía caminar, tenía que abrir espacio con un machete", contó Carlos Villegas, miembro de Defensa Civil y guía canino, estuvo ocho días en el terreno, en una entrevista de El Tiempo. 

Destacó la preparación de los militares y la cooperación de los voluntarios de los pueblos indígenas que daban indicaciones sobre lo que podía hacerse y lo que no en la zona. 

"Esa niña es muy tesa [hábil]. Tuvo que ser muy tesa para buscarse la forma de cómo sobrevivir tantos días", dijo Villegas al referirse a la hermana mayor que ha sido catalogada de heroína, por haber estado al cuidado de sus hermanos menores.

¿Por qué se mantuvo la búsqueda?

En los cuarenta días que duró la búsqueda hubo indicios que le permitieron a las autoridades tener la esperanza de que los niños se encontraban con vida dentro la inmensidad de la selva.

Se hallaron objetos y evidencias que daban cuenta de que estaban vivos. En algunas fotos compartidas por las Fuerzas Militares en sus redes se observaron un par de tijeras, un tetero, unas huellas en el pantano. También encontraron dos pañales usados, la carcasa de un celular y se identificaron árboles frutales que podrían haber sido consumidos por los niños durante su recorrido.

Otro de detalle que permitió continuar con las labores de rastreo fue el hallazgo de huellas de pisadas y de un canino, lo que apuntaba a que Wilson podría estar con ellos.

Los abuelos, Fidencio Valencia y María Fátima Valencia, han manifestado su alegría porque los pequeños fueran encontrados con vida, a pesar de que destacaron que están "muy flacos y acabaditos". 

Ambos afirman que aún no han podido hablar  extensamente con ellos porque se mantienen bajo vigilancia médica.

"Yo lloro de alegría al saber que los encontraron y ahora de verlos, los niños están acabaditos, pero ya recuperé el hueso de mi hija", dijo Fátima al referirse a los restos de la madre de los pequeños.

Asimismo, la OPIAC ha pedido al Gobierno colombiano garantizar la implementación de la Ruta de Atención Intercultural para las niñas y niños Mucutuy, acordada entre la ese organismo y el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF).

(RT).

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