La patología se caracteriza por atrofia progresiva de todos los músculos del organismo, a excepción del corazón y los que controlan los esfínteres vesical y anal y los movimientos de los ojos. También se mantienen intactos los sentidos y el intelecto.
Se trata de la enfermedad con la que convivió durante 50 años el físico británico Stephen Hawking, fallecido en marzo de 2018, a los 76 años de edad.
La ELA afecta a las células nerviosas en el cerebro y la médula espinal, que son las encargadas de hacer que los músculos del cuerpo se muevan. Esto hace que el cerebro no pueda controlar el movimiento del cuerpo y la persona pierde progresivamente el control de los músculos.
Los investigadores han encontrado que la enfermedad puede afectar a cualquier persona, aunque por lo general los diagnosticados tienen entre 40 y 70 años.
Los primeros síntomas que pueden alertar sobre un caso de ELA son: debilidad en piernas, brazos y manos, dificultad para agarrar o manipular objetos, caminar, hablar y tragar, movimiento involuntario y repetitivo, calambres musculares en manos y pies.