De acuerdo a lo que señalaron fuentes cercanas a la agrupación, las actuaciones fraudulentas que involucran a los comandantes que encabezan el escuadrón, están relacionadas al combustible y a la utilización de partes de los vehículos secuestrados en distintos procedimientos para reparar los propios de Gendarmería.
Por otra parte, el personal allí apostado sostiene que lo injusto de la situación es que los investigados son los encargados de proporcionar los archivos y documentación solicitada a los investigadores; y que cuando la situación es de personal de menor rango son apartados hasta que la investigación finaliza.
"Colocando esos repuestos, que nadie sabe en qué condiciones están, ocurren luego los siniestros viales como el que mató a 43 compañeros", señaló un gendarme consultado.
El supuesto accionar, tenía por finalidad desviar los fondos recibidos desde el Ministerio, en lugar de adquirir los repuestos que se necesitaban nuevos.
Concretamente se señala el nombre del comandante Alejandro Quispe, responsable del escuadrón que recibió, además el traslado para Capital Federal.
"Encima premian con traslados al personal investigado", dijo la fuente consultada.
De acuerdo a la foja de pases, el traslado corresponde a “cambios de destino para optimizar la actividad operacional".
De todas formas en las directivas emanadas desde el comando de la fuerza se señala que ante hechos de corrupción, el personal sospechado, debe ser separado de su función hasta que la situación se haya investigado por completo.