Desde ese domicilio se acopiaba mercadería para contrabando o venta a personas del vecino país.
Mediante el despliegue de personal perteneciente al Escuadrón 61 de Salvador Mazza y otras áreas operativas, se logró el secuestro de mercadería y dinero argentino, boliviano y estadounidense.
Secuestro por más de $11 millones
El total del secuestro, entre plata y comestibles, fue valuado en una suma de 11 millones y medio de pesos.
La investigación, a cargo del fiscal federal Marcos Romero, se inició a partir de un llamado anónimo, mediante el cual se puso en conocimiento de una serie de maniobras de contrabando de exportación e importación con el vecino país de Bolivia.
El jueves, con la asistencia del auxiliar fiscal Rafael Lamas, se llevó adelante una serie de medidas tendientes a reunir elementos de prueba y verificar la existencia de las actividades denunciadas, que consistirían en el acopio de mercadería en domicilios que se encuentran ubicados en lugares estratégicos, por su cercanía con la frontera, para el contrabando.
Hubo denuncias anónimas
La información aportada de manera anónima indicó que en determinados domicilios se realizaba el acopio de la mercadería, la que luego llegaba a territorio boliviano a través de la modalidad de “contrabando hormiga”.
Para adquirir la mercadería, los ciudadanos bolivianos debían pagar una suerte de “peaje”, aunque se desconoce si ese dinero terminaba en manos del dueño de la vivienda o del comerciante que se dedicaba al contrabando de la mercadería.
Allanaron en total 5 viviendas
Personal del Grupo Operativo de Investigaciones y Procedimientos (GOIP), de Gendarmería Nacional, llevó adelante las pesquisas que permitieron individualizar cinco inmuebles implicados en esta trama.
Se trata de domicilios ubicados en la ciudad de Salvador Mazza, cuya parte posterior colinda con territorio boliviano, por el cual, y en horas nocturnas, ingresarían ciudadanos de dicho país para adquirir mercadería de origen nacional.
En vista de los informes reportados por los investigadores, Romero solicitó al Juzgado Federal de Tartagal, bajo la subrogancia de Gustavo Montoya, el allanamiento de cinco domicilios, dos de ellos ubicados sobre calle O’Higgins, en el centro de la ciudad de Salvador Mazza; otros dos en las calles Corrientes y Maipú, en el barrio San Martín, y el quinto en una finca ubicada en el paraje “El Chorro”.
Como resultado de los procedimientos se secuestró mercadería por un valor estimado en más de 9 millones de pesos, poco más de un millón de pesos en efectivo, siete mil dólares y 40 mil pesos bolivianos. Además de los productos, se incautaron otros elementos importantes para el caso, como documentación y teléfonos celulares.
A partir de la producción de esta medida, la Sede Fiscal no descarta avanzar con el caso con el propósito de corroborar la comisión de delitos de contrabando de exportación e importación.
Otra vez surgen noticias en esta población fronteriza, si antes fueron los ingresos clandestinos de personas del vecino país para cobrar el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) u otros beneficios o bien recibir atención sanitaria ante casos de coronavirus, en esta oportunidad se trata de contrabando.
Los fuertes controles que se realizan en Profesor Salvador Mazza alentaron a los contrabandistas a acopiar mercaderías en viviendas en línea de frontera y retirarlas en horas de la noche cuando resulta mejor eludir a los gendarmes.
