De esta manera se busca prevenir la epidemia del sobrepeso y obesidad que constituye la forma más prevalente de malnutrición.
“En la actualidad muchos de los niños, niñas y adolescentes crecen en un entorno que fomenta la ingesta calórica elevada y el sedentarismo”, aseguró la diputada Isabel De Vita. “Los cambios en los tipos de alimentos que consumen, en su disponibilidad, asequibilidad, comercialización, marketing y el descenso de la actividad física dado por un aumento del tiempo dedicado a las actividades sedentarias, provocan un desequilibrio en el balance de grasa de reserva que predispone el desarrollo de sobrepeso y obesidad. La ingesta calórica elevada se ha dado por el aumento en el consumo de alimentos y bebidas con cantidades excesivas de grasas, azúcares de alto índice glucémico”, acotó. Esta manifestación se corresponde con un proceso conocido como “fenómeno de transición nutricional” que ha incidido en el entorno y los comportamientos alimentarios y se caracteriza por la doble carga de malnutrición crónica (como anemia o baja talla y un incremento de la obesidad y de las enfermedades crónicas no transmisibles como diabetes, enfermedad cardiovascular, enfermedad renal entre otras), siendo estas últimas las que tienen un mayor prevalencia.
Ante esta situación surge la necesidad de crear entornos escolares saludables, mediante intervenciones efectivas en lo que respecta a provisión de agua potable gratuita y alimentos saludables, prohibición de publicidad de alimentos altos en grasa, azúcar y sodio e incremento de actividad física, lo que sin duda viene a dar respuesta a la problemática infanto juvenil de malnutrición, situación preocupante en nuestra provincia. Además la ley contempla acciones de Educación Alimentaria y Nutricional en el ámbito educativo basado en contenidos que promuevan hábitos alimentarios saludables con la inclusión de actividades con Niños, Niñas y Adolescentes (NNyA), padres y/o cuidadores sobre producción, selección, compra y preparación de alimentos saludables.