Fue absuelto por el segundo hecho de amenazas con armas y deberá someterse a tratamiento psicológico entre otras pautas fijadas por la jueza.
Se le impusieron varias obligaciones, el someterse a tratamiento psicológico y realizar tareas que contribuyan al aseo y mantenimiento edilicio de los espacios con los que cuenta la Dirección General de Protección Animal dependiente de la Municipalidad de Salta por el término de un año.
La jueza Norma Vera impuso además una serie de reglas de conducta que durante tres años, tiempo que dura la pena deberán ser cumplidas o en su defecto la condicionalidad se transforma en efectiva.
Así Bonemann debe someterse al cuidado del Patronato de Presos y Liberados ante el cual deberá presentarse cada 90 días para comunicar su lugar de residencia; realizar tratamiento psicológico previa indicación de un profesional idóneo sobre su necesidad y conveniencia.
También presentar la constancia del efectivo cumplimiento de la medida en el término de 72 horas y, cada 30 días, las que acrediten su realización; efectuar tareas que le sean asignadas por el director del lugar que contribuyan al aseo o mantenimiento edilicio de la Dirección General de Bienestar Animal y Tenencia Responsable dependiente de la Municipalidad de la Ciudad de Salta, ello por el espacio de cuatro horas semanales, fuera de sus horarios habituales de trabajo, por el término de un año, y presentar ante el tribunal las constancias que acrediten el cumplimiento de la medida dispuesta; prohibición de acercarse y de mantener contacto por cualquier medio con la denunciante y con su familia. Todo ello con expreso apercibimiento de revocarse la condicionalidad de la pena dictada.
En el mismo fallo, Bonemann resultó absuelto del delito de amenazas con arma por el que también llegó a juicio, en perjuicio de R. P. A., por no mediar acusación fiscal. Esto en relación que esta persona no se presentó.
El hecho por el que llegó a juicio ocurrió el 15 de septiembre de 2018 por la noche, en inmediaciones del loteo San Benjamín, sobre la ruta 26, cuando el imputado golpeó con fuerza a un perro con un machete en el lomo, provocándole fractura del techo de la vértebra y pulverizando la médula espinal. Una mujer que observó su accionar lo increpó para que cesara la agresión y dio aviso a la policía. La denunciante refirió que recibió amenazas por parte del acusado.
Lucio Iñiguez, proteccionista señaló la importancia de la condena ya que es el máximo aplicado, según la ley vigente, que sentará precedente a nivel nacional ya que desde varias provincias seguían con atención el juicio.
La jueza aplicó criterios de máxima pena tanto en el caso de crueldad animal como en el de amenazas, de allí que se dictó una sentencia de tres años.
