En ese sentido, condenó a los dueños del complejo a resarcirlos por los daños y perjuicios sufridos, haciendo efectivo el pago del 80 por ciento de las sumas reconocidas, en un total de 433.571 pesos más intereses.
El niño ingresó en el complejo de General Mosconi, acompañado de su hermana mayor, de 19 años. Pasadas las 7 de la tarde, comenzó a llover, razón por la cual los bañeros comenzaron a despejar la pileta. En ese momento quedó jugando un grupo de menores, entre los que se encontraba la víctima. Al regresar a la zona, el bañero vio un grupo de personas que se encontraban alrededor de un pequeño, que estaba acostado en el suelo al lado de la pileta, por lo que fue a ver qué sucedía, encontrando al menor ya ahogado, por lo que procedió a realizarle maniobras de reanimación.
En ese momento, la hermana del menor llegó corriendo al lugar e intentó ayudarlo.
El niño falleció antes de llegar al hospital de la zona.
La jueza tuvo en cuenta que “el hecho dañoso evidenció la falta absoluta de todo control de acceso y vigilancia; como así también se presume, en grado de certeza, la inexistencia de cercos y barandas diseñados para que al menos niños de corta edad no pueda traspasarlos, máxime cuando se trataba de una pileta que contaba con una parte honda y una plana”.
A ello agregó la falta de profesionales de la salud y de elementos de reanimación.
Manifestó en su sentencia que indudablemente el deber de cuidado del mayor a cargo falló, ya que se contó con el testimonio de un vecino que dijo haber visto a la hermana de la víctima buscándolo momentos antes del hecho. A esto, la jueza dijo que “el descuido de la hermana del fallecido, no libera ni exonera de responsabilidad al proveedor del servicio de esparcimiento, ya que este se encontraba en mejores condiciones para ponderar la peligrosidad”.