Participó en siete juicios. Y esa vivencia es la que trató de volcar en su libro “Terrorismo de Estado en Salta: 1975-1983”, presentado recientemente.
Avila contó a Nuevo Diario que “nunca” supo cuándo empezó a escribir este libro. “De repente me encontré con un montón de material, y dije acá lo tengo, tengo que darle forma”. Le resultó difícil “encontrar el método”. Lo motivaba el deseo de difundir esa información y vivencias a las que había tenido acceso, “un poco como un aporte a la memoria”, para tener presente esa parte de la historia “para comprender el futuro” y “para que no vuelva a ocurrir”.
El autor explicó que la obra está dividida en tres partes. En la primera, parte “del derecho internacional de los derechos humanos”, describe “las normativas internacionales, los motivos por los cuales fueron dictándose y cómo llega a la Argentina”, haciendo hincapié en “la situación de Salta, el liderazgo del ex gobernador Miguel Ragone, la universidad nacional recientemente abierta, el aparato represivo preexistente también. Son datos que van definiendo a Salta como un escenario que prontamente tendrá un desenlace de intervención y luego de accionar del terrorismo del Estado”.
En la segunda parte se describe la normativa, “las leyes que se fueron dictando, decretos, estado de sitio, leyes de autoamnistía, es decir todas las leyes que por un lado fueron construyendo el cepo de la impunidad o del impedimento del juzgamiento y todas las que luego derribaron ese cepo de la impunidad y que permitieron el juzgamiento de los responsables”.
Y la tercera parte, rescata los siete primeros juicios, las historias de las 75 víctimas. Juicio a juicio “se va reivindicando desde ese lugar: tal víctima en qué hora estaba, dónde estaba, con quién estaba, qué le dijeron, qué le encontraron, por qué, en qué militaba, qué hacía; breve, pero me pareció importante rescatar esos datos. Porque por ahí lo grueso tapa eso”.
Esa memoria se hizo, contó Avila, “teniendo en cuenta no solamente mi percepción, que estaba ahí en el juicio”, sino “también lo que aportó el alegato del fiscal o la sentencia de los jueces”. “Lo que intenté siempre es priorizar la fuente judicial, que no digan que es un invento, sino que todo lo que dice el libro está en un expediente judicial”, sostuvo.
Esa parte termina con el veredicto de los siete primeros juicios.
Buscaron alivianar condenas
Avila afirmó que en cuanto a la lucha por memoria verdad y justicia “hubo una deflación en esta nueva etapa”. “Esa deflación busca justamente lo que intentó hace poquito la Corte (Suprema de Justicia de la Nación) en su famoso fallo del 2x1: alivianar las condenas. Ellos buscan la vuelta de página, pasemos a otro tema y yo no estoy de acuerdo con eso; todo lo contrario, a mí me parece que para dar vuelta la página primero hay que leerla, hay que juzgarlos, que cumplan su condena y recién vamos a dar vuelta la página”, sostuvo Avila.
