Así lo informó Ramón Frías, referente de la Comunidad wichi Zopota, quien habló sobre la situación de esta comunidad y de la vecina Las Avispas (o La Avispa), distante 15 kilómetros entre sí, y a 90 kilómetros de la ciudad de Tartagal.
Frías dijo que por esto están pidiendo que las autoridades les den permiso para cortar madera. Aunque destacó que siempre se topan con el inconveniente de no contar con los títulos comunitarios de los territorios que ocupan ancestralmente.
Unico recurso para comer
“La gente está preocupada porque (la madera es) el único recurso que había para conseguir para comer”. Además, la gente “ya se ha acostumbrado a comer arroz, harina y prácticamente, si no hay nada de trabajo, y los bolsones también, no nos alcanzan. Algunos tienen mucha familia y no les está alcanzando”, contó Frías a Nuevo Diario.
Las pocas familias de Las Avispas cortaban madera, pero el 5 de este mes fueron sometidas a un violento allanamiento en el marco de una causa federal en la que se investiga a finqueros de la zona, y desde entonces perdieron la posibilidad de continuar vendiendo lo producido del monte.
“Lo que nosotros estamos planteando es conseguir algún permiso para seguir trabajando, para sacar el carbón, nisiquiera para vender, para tener para comer”, explicó el referente comunitario. Aclaró que no hacen esto para ayudar “al señor que estaba comprando la madera”, sino por una necesidad genuina de las comunidades.
“El tiempo malo que estaba él nos mantenía, algún trabajito nos daba”, indicó antes de afirmar que, al parecer, “nadie se interesa en las comunidades”. Y lamentó las demoras en el trámite de la propiedad de sus territorios: “La base es el tema de los papeles de nuestro lugar. Estamos reclamando los papeles (el título)”.