Los militantes de ese espacio político "El Aguante" intentaban colgar la pancarta en un lugar del camino por donde iba a circular el presidente.
“No nos causa asombro que al reclamar la devolución del estandarte retenido por la policía de Quijano se nos comunique” que “fue dispuesta para su decomiso y destrucción”.
Señaló que el estandarte, además de pertenecer a su organización, era la “pretendida prueba” de la supuesta contravención que le endilgaban, y por la que fue detenido junto a otros militantes.
De esta manera la prueba “desapareció y con ella el mismo valor probatorio de un hecho aberrante como fue reprimir, perseguir y censurar la libre expresión de ciudadanos y ciudadanas en desacuerdo con las políticas macristas y su réplica salteña”, sostuvo Ameri.
En particular, criticó la actuación del fiscal penal de Campo Quijano, Gustavo Torres Rubelt, de quien dijo que “vio en el estandarte de El Aguante, no un elemento de la expresión popular, sino la oportunidad de un secuestro judicial, cuyo destino final era desaparecer. Práctica -añadió- que no le es original a este funcionario, dado que esta disposición “retrotrae a la historia oscura del país”.
Ameri también criticó al gobernador Juan Manuel Urtubey por la represión que sufrió su organización y por el secuestro y destrucción del estandarte. Dijo que es una agresión al pensamiento y expresión popular.