Díaz Gilligan presentó su dimisión ante su superior, Fernando De Andreis, horas después de haber entregado un breve escrito ante la Oficina Anticorrupción (OA).
Un escándalo, se suma a otros muchos funcionarios que están vinculados a cuentas ‘offshore’ y no declaradas en paraísos fiscales a nombre de funcionarios macristas de alto rango; incluso a nombre de Mauricio Macri y su familia.
La millonaria cuenta correspondía a una firma del rubro futbolístico llamada Line Action, de la cual Díaz Gilligan era director y accionista por pedido de su “amigo” Francisco Casal, empresario uruguayo. “La plata nunca fue mia”, se excusó el funcionario, quien aseguró que su actividad cesó en 2014.
El fin de semana salió a apoyar a Díaz Gilligan el jefe de Gabinete, Marcos Peña, pero también empezaron a oírse voces dentro de la alianza gobernante que advertían que por la situación en la que estaba el funcionario no debía continuar en funciones.
El primero en exigir que Díaz Gilligan se aparte del cargo y se ponga a disposición de la Justicia fue el jefe del interbloque de diputados de Cambiemos, Mario Negri. “No es condena -sostuvo-, la 'vara' sobre la transparencia está puesta muy alta por parte de Cambiemos”.
También el secretario de Fortalecimiento Institucional, Fernando Sánchez, le sugirió a Díaz Gilligan que pidiera licencia en el cargo.
En el mismo sentido se expresó el Frente Renovador de Sergio Massa, mientras que el Frente para la Victoria-PJ fue más allá y presentó una denuncia penal contra el segundo de De Andreis. La presentación fue formulada por el diputado Rodolfo Tailhade y cayó en manos del juez Claudio Bonadio.