DESTRUCCIÓN DEL ECOSISTEMA

“Ojos de Mar”, de Tolar Grande, habría desaparecido por una pasarela

Operadores turísticos y viajeros sostienen que los “ojitos de mar”, de Tolar Grande, en la Puna salteña, han desaparecido inundados por una laguna de aguas marrones.

La pasarela construida por Ambiente habría destruido el ecosistema. Foto: Luis Ahumada,
La pasarela construida por Ambiente habría destruido el ecosistema. Foto: Luis Ahumada,

Adjudican el origen de lo sucedido a la construcción de una pasarela sobre pesados pilotes y responsabilizan a la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de Salta, según indica La Gaceta (Tucumán).

Se le llama Ojos de Mar a tres lagunas de color verde turquesa que impactan por su belleza, rodeadas por suelos salinos y el imponente desierto árido y de lejanas y rojizas montañas puneñas. Además de su valor turístico, la zona donde se encuentran fue declarada área protegida por su interés científico: en los “ojitos” habitan sistemas bacterianos similares a las primeras formas de vida en la tierra.

“Nunca antes había sucedido algo así”, dice Luis Ahumada, integrante de La asociación de agentes de turismo y que trabaja como guía en la Puna desde hace décadas. “Los que conocemos la zona estamos convencidos que tiene relación directa con la construcción de una pasarela con pilotes de hormigón demasiados pesados para un suelo tan sensible. A simple vista se ve el agua brotando alrededor de esos pilotes”. Según Ahumada, donde se instalaron los pilotes empezó a salir agua arcillosa que tapó el área inundando todo. Arruinando el paisaje y los ecosistemas en las lagunas.

La obra comenzó a mediados del 2023 y la primera noticia que recibió el operador turístico sobre la desaparición de los “ojitos” fue en agosto de ese año, cuando un colega le envió una foto de lugar. La última vez que estuvo en Tolar Grande fue hace unas semanas y la laguna sigue en las mismas condiciones.

Daño científico a las lagunas

La responsable del descubrimiento científico de los Ojos de Mar en Tolar Grande y que convirtió a la zona en una reserva protegida fue la microbióloga María Eugenia Farías, reconocida a nivel mundial por esta y otras investigaciones.

“No sólo se arruinó el paisaje, el agua arcillosa que brota alrededor de los pilotes tapó el agua cristalina de los Ojos de Mar y, obviamente, no hace falta hacer un estudio para asegurar que, al haberse tapado la luz, de los extremófilos que ahí vivían, que ya no debe quedar ninguno. La luz es la fuente de energía que sostiene esos ecosistemas extremos, tal cual lo fue hace 3400 millones de años”, explicó Farías a La Gaceta.

Afirmó que: “Es algo que se ve a simple vista: hicieron la obra, apoyaron eso ahí, y alrededor de la plataforma comenzó a salir agua y se inundó todo con agua barrosa, ya no pasa la luz, ergo ya se alteró el sistema”.

 

 

 

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