La intervención se logró gracias a un trabajo conjunto de la Municipalidad de Salta, la Unión Cívica Radical (UCR), el Colegio de Médicos y la familia del médico que fuera ministro de Salud del presidente Arturo Illia y referente de la medicina social en el país.
La obra fue ejecutada por el artista Alexander Guerra y fundido en bronce por Hugo Quispe. En breve será enrejada para evitar que sea vandalizada.
Cabe recordar que en 2.021 el Colegio de Médicos reemplazó el busto de cemento de Oñativia por una estructura metálica de una figura humana que homenajeaba a todos los médicos.
La entidad justificó su accionar por el estado de deterioro en que se encontraba el busto, lo que además realizó sin autorización municipal. Esto generó el enojo de la familia y de la UCR, que hicieron campaña para restituir el busto por uno de bronce, lo que finalmente se concretó el jueves pasado.
Por ello, la comuna ordenó que se restituya el monumento que evoca al médico, ya no de cemento, sino de bronce.
En este marco, Fernando García Soria, secretario de Turismo de la Municipalidad, sostuvo que le llegó el reclamo a través de la familia. “Estamos haciendo esta restitución de un busto en idénticas condiciones y mejorado que llega al bronce con el aporte de la familia y de la Unión Cívica Radical y de gente que aportó”, señaló.
La obra de arte que reemplazó al busto de Oñativia será donada por el Colegio Médico al hospital Papa Francisco en reconocimiento a los médicos.
En tanto, el radical Rubén Correa destacó la figura de Oñativia y recordó su intervención para la creación de la Universidad Nacional de Salta y luego la Facultad de Ciencias de la Salud y de la carrera de Nutrición.
El acto contó con la presencia de descendientes de Oñativia, funcionarios municipales y provinciales, dirigentes locales de la UCR y público en general.
Oñativia nació el 16 de abril de 1914 en Salta. Creó el Instituto del Bocio, posteriormente de Endocrinología, con el objeto de reducir y controlar esta enfermedad que afectaba a gran parte de la población de la región precordillerana, muy especialmente el NOA, donde contaba con una prevalencia mayor del 40% de niños en edad escolar y en otras regiones del Valle de Lerma ascendía a casi 100%.
