Se trata de viviendas de madera que soportan las incidencias de la humedad, el calor y el viento. En este proyecto habitacional participó un arquitecto wichí que conforma la Delegación.
Al respecto, el secretario del organismo provincial, Marcelo Córdova manifestó que las viviendas se corresponden con las necesidades que tienen hoy las comunidades considerando su modo de vida y aprovechando los recursos naturales de la región de una manera sustentable e involucrando a los habitantes en su concreción.
Las viviendas son ejecutadas con fondos del Gobierno provincial y busca generar lazos con cooperativas de la región a través de la compra de madera y mano de obra para la construcción.
La casilla posee dos habitaciones, sector de cocina y galería. Además, están ubicadas sobre una platea de hormigón que lleva un revestimiento de 50 centímetros de mampostería a modo de zócalo, vereda periférica de hormigón y techo enchapado con aislamiento interior termoacústico.
Las familias beneficiarias corresponden a un orden de prioridad donde se contemplaron casos de discapacidad, grupo familiar numeroso y hacinamiento.
Agentes de la Delegación de Asuntos Indígenas llevaron a cabo un minucioso relevamiento de necesidades habitacionales en misiones y parajes de estos departamentos del norte provincial. Los datos recabados fueron ingresados a un sistema informático para seleccionar los beneficiarios de acuerdo al orden de prioridad.
Por último, el director expresó que el organismo provincial destina presupuesto al Instituto Provincial de Vivienda (IPV) y al Instituto Provincial de Pueblos Indígenas de Salta (IPPIS) y a la Municipalidad de Tartagal para que se lleven a cabo las construcciones utilizando materia prima de la zona y empleando al recurso humano del lugar.
También, el director destacó la articulación con el Instituto Provincial de Vivienda (IPV), el Instituto Provincial de Pueblos Indígenas de Salta (IPPIS) y la Municipalidad de Tartagal para que se lleven a cabo las construcciones utilizando materia prima de la zona y empleando al recurso humano del lugar.
"Es un sueño hecho realidad", expresó Susana Cabezón, una mujer wichí de misión El Cardenal. Además de estar contenta por vivir en un nuevo hogar, manifestó que no pasa frío y que su salud ha mejorado.
