Se trata del caso de Padilla, la trabajadora municipal embarazada que ayer, contó entre sollozos a este medio que había sido despedida de la Comuna. Y no solo eso, sino que vivió un inusitado episodio de violencia con Daniel Nallar, funcionario de la Municipalidad de Salta.
Para que le puedan tomar la denuncia demoró aproximadamente 6 horas en el Polo Integral de la Mujer, luego que se le negara esa posibilidad en la Oficina de Violencia Intra Familiar (OVIF) ubicada en el Poder Judicial de la Ciudad de Salta.
“Me fui a la OVIF y no me tomaron la denuncia porque yo llegue a las 17:30, y me dijeron que había una sola abogada y no iban a tener tiempo porque había una personas antes que yo”, relató la mujer. Añadió que desde Ciudad Judicial fue derivada al Polo Integral de la Mujer, donde la demoraron bastante para efectuar su pedido.
“Me decian que se caía el sistema, se le borraba la denuncia, que no podía imprimir, la cuestión es que redacté la misma denuncia un montón de veces. Fue una situación espantosa porque era recordar y decir lo que había pasado, una y otra vez, ya no daba más. Encima de lo que pasé ayer, tuve que aguantar 6 hs para hacer la denuncia, realmente fue complicado en mi estado” señaló.
El caso de Roxana resonó en la jornada de ayer, no solo por la situación violenta que vivió con el funcionario, que según su testimonio, le gritó, le reventó su celular contra un muro, entre insultos, luego de enterarse de la cesantía de su empleo municipal.