Sara Espert, abogada defensora de la víctima, comentó a Nuevo Diario que la situación inició cuando la denunciante tenía 12 años. En ese momento, Sosa tenía 19 años y empezó a acercarse a la joven con insinuaciones sexuales. A pesar de la diferencia de edad, el vínculo continuó durante varios años e incluso hubo encuentros detrás de los escenarios.
Cuando la denunciante se recibió del secundario, se mudó a la Capital salteña y la relación empezó a formalizarse. "Ahí es cuando ella se da cuenta que su príncipe azul no era lo que ella pensaba y empieza a vivir una historia de terror en donde ella se siente culpable, se empieza a culpabilizar, lo que es muy normal en las mujeres que sufren abuso. Ella empezó a autoagredirse, además de las agresiones que él le propinaba", dijo.
La situación salió a la luz luego de que los vecinos del departamento donde vivían en Capital radicaran una denuncia por los maltratos y pedidos de auxilio que se escuchaban de la joven. Luego de ello, volvió a su ciudad natal (Tartagal), donde la familia detectó su estado de vulnerabilidad y la violencia sufrida.
"Como pudo, el 23 de junio de este año ella radica una denuncia en Salta. Imagínate una chica golpeada sexualmente, golpeada emocionalmente, desilusionada. Una denuncia muy desordenada, cortita, escueta, se ve que no le dieron la ayuda tampoco para radicarla", indicó.
Diferentes fiscalías
Las denuncias se encuentran en diferentes fiscalías, lo que representa un grave problema ante la posibilidad de que se dictaminen distintas resoluciones, motivo por el cual la letrada solicitó a la Justicia que las diversas fiscalías se comuniquen entre sí para determinar la competencia de la causa.
Hasta el momento no hubo ningún avance en ninguna de las causas. "Por detrás, hay intereses privados, hay intereses económicos. Hay alguien que lo está apoyando porque hay intereses por detrás", sostuvo Espert.
Acusación contra el SAV
La denuncia se radicó en la Fiscalía Penal N°2, desde donde "que yo sepa, no se hizo nada", indicó la abogada defensora de la víctima.
La víctima realizó también un descargo en redes sociales, motivo por el cual Sosa se comunicó con ella y la llamada fue filmada, por lo que el acusado decidió denunciar a la joven en la ciudad de Tartagal. A esa causa, Espert aún no tuvo acceso, pero fue enviada a una fiscalía de violencia de género y se tomaron medidas contra la denunciante.
Ante la situación, la abogada radicó la correspondiente denuncia en la Fiscalía de Delitos contra la Integridad Sexual. Al estar en feria judicial, la respuesta de la Fiscalía N°1 fue que debían radicarla en la N°4, la que se encontraba de turno, a pesar de que ello debía ser una tarea propia de la fiscalía. Asimismo, Espert sostuvo que la víctima fue maltratada y revictimizada en el Servicio de Asistencia a la Víctima.
