En ese marco, se espera un pedido de pena elevado por parte del representante del Ministerio Público Fiscal, al menos, una condena de más de 10 años, tanto para Marcos Levín como para los otros dos acusados, planteo que fundará en el relato brindado por las propias víctimas, quienes en el debate no sólo describieron las torturas que sufrieron, sino también vieron a los acusados en la escena de los hechos, pues todos señalaron al empresario y a Grueso como presentes en la ex comisaría Cuarta, cuando fueron torturados.
Los dichos de las víctimas, a decir verdad, constituyen la única prueba directa que implica a Levín y a su entonces jefe de personal, ya que no existe documentación o registro de la presencia de ambos en esa dependencia policial, algo irrisorio de obtener, pues todos esos papeles fueron destruidos.
De las defensas, en tanto, se espera la reedición de argumentos que ya le valieron un fallo favorable del tribunal de alzada, por lo que no se descarta una discusión respecto a si los hechos son de carácter de lesa humanidad, disyuntiva que tiene a la Cámara Federal de Casación Penal enfrentada a la Corte Suprema de Justicia. Es dable destacar que la condena dictada por el tribunal local contra Almirón y el excomisario Víctor Bocos, el 28 de marzo de 2.016, fue revocada por la Cámara Federal de Casación por considerar que no se trataban de delitos de lesa humanidad.
Fallo revertido
Los jueces de la Corte Suprema entendieron que los delitos sí eran de lesa humanidad, por lo que revirtieron lo resuelto por la cámara y ordenaron que se dicte una nueva resolución en ese sentido, la que aún no salió a luz. Sobre ese escaso andamiaje de incertidumbre, y la experiencia de años en materia de litigio, se espera que Arancibia construya un argumento creíble para su cliente.
