Ayer, la UOCRA realizó un paro en la construcción del CAREM ante el despido de 69 trabajadores que realizaban la obra civil por parte de una de las subcontratistas; y la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) informó que, ante la falta de los recursos necesarios, desde el lunes los proyectos serán frenados.
Camila Soria, ingeniera nuclear salteña que se encuentra trabajando en el proyecto CAREM, explicó a Nuevo Diario: “Es un reactor modular, lo que implica que se produce en serie (lo que abarata costos y agiliza la fabricación) y podés disponer de los módulos en función de la energía eléctrica que se necesita. Es particularmente útil en zonas alejadas, pueblos chicos, etc.”
En ese sentido, remarcó que son muy pocos los países del mundo que están desarrollando este tipo de diseños y CAREM es uno de los más avanzados a nivel mundial. La obra del prototipo se encuentra actualmente en un 70% de su realización, y preveían su finalización para el 2028, mientras el resto de los países con fabricaciones similares planteaban terminarlos después del 2030.
En cuanto al RA-10, indicó que es un reactor de investigación, es decir que no se utiliza para la producción de energía sino para la producción de radio isótopos, fundamentales para la medicina nuclear (utilizada en tratamientos para cáncer).
“La producción de radio isótopos iba a cubrir la demanda argentina y gran parte de la demanda de LATAM. La obra está terminada, se estaban terminando de instalar componentes para arrancar la puesta en marcha”, informó Soria.
El corte en las obras de ambos proyectos fue informado por la física Adriana Serquis, presidenta de la CNEA que espera la aceptación de su renuncia enviada antes del cambio de gobierno, al escrito al secretario de Energía, Eduardo Rodríguez Chirillo, según informó El Destape.
En el escrito, Serquis afirmó que hasta el pasado viernes la CNEA no recibió el pago de ningún ítem del presupuesto 2024, salvo sueldos y becas. “Veníamos sobreviviendo porque nos habían pagado una deuda de 2023”, informó.
Para todo 2024, todavía se cuenta sólo con el crédito presupuestario prorrogado de 2023 que alcanzaría en algunos casos hasta mayo o junio, según los incisos. A pesar de los esfuerzos, todavía no hay certeza de fechas en las que pudiera concretarse.
“En lo que respecta a la ejecución presupuestaria, se le había asignado a la CNEA una cuota total para devengar durante todo el primer trimestre de $26.337.326.448, sin considerar los sueldos –afirma el documento–. A la fecha, sorteando muchos obstáculos presupuestarios, se ha logrado devengar $10.435.166.814 y está devengando otros $8.343.614.745 que suman $18.778.781.559 y configurarán la deuda exigible al momento. Sin embargo, y a pesar de los esfuerzos institucionales por ejecutar toda la cuota de gasto durante todo este primer trimestre del año, no se hicieron las transferencias de fondos para poder realizar los pagos efectivos a los proveedores, con la única excepción de las transferencias correspondientes a salarios y becas. Recién en el día de hoy, terminando el trimestre, está llegando la primera cuota de transferencia de fondos por $3.077.859.234 que representan sólo el 11,7% de todo lo que se había previsto devengar y el 16,4% de lo que será la deuda exigible de proveedores, que alcanzará para pagar una mínima parte de todo lo comprometido”.
Ante esta realidad económica y presupuestaria, el normal funcionamiento de las instalaciones de los centros atómicos, complejos tecnológicos y regionales y laboratorios se ve en peligro y, junto a ello, la continuidad de un sector que demuestra excelencia en el área desde hace más de siete décadas.
