Aquel inicio arrollador de la gran estrella de lo que va del Mundial se fue diluyendo con el paso de los minutos en los que Marruecos no solo dominó el balón sino que protagonizó jugadas de gol que llevaron mucho peligro al arco de Rui Patricio aunque la impericia para definir les impidió alcanzar al menos el empate que merecieron por lejos.
Los africanos contaron con al menos seis situaciones claras de gol, fundamentalmente mediante acciones de Mehdi Benatia, Younes Behlanda y Hakim Ziyach, pero los intentos quedaron en la nada ya sea por rebotes en defensores, por la intervención del arquero Rui Patricio o por malograr la dirección hacia el arco.
Marruecos no mereció retirarse con las manos vacias. Hizo méritos para ganar.