Las finales se ganan y el equipo de Martín Martos lo hizo. Atrás quedaron los cuestionamientos por la falta de poderío ofensivo, de contundencia, porque las victorias también se concretan con un buen trabajo defensivo.
En el estadio “Arturo Miranda” pudo coronar la campaña invicta con el anhelado ascenso para volver a jugar los clásicos con Cuervos y Albos.
No la pasaba bien. Martos ya le había advertido que sí seguía así lo sacaba de la cancha y Gustavo Mbombaj respondió con el gol, con el de la victoria, con el que festejaron cientos de hinchas allá y miles acá, los que no pudieron viajar.
A los 37’, el experimentado volante le devolvía la ilusión al Santo. Después fue cuestión de mantener el orden y lo fisìco fue clave para sacar diferencia sobre el rival. Volvió el Sanro al Federal A.