Ese zurdazo cambió el rumbo del partido. Andrés Ríos ofreció el mejor de los remates en la noche de San Pablo. A los 23 minutos, frente al gigante paulista, el delantero -conocedor del fútbol brasileño- resolvió de modo impecable.
Así, Racing se ofreció vencedor de un primer tiempo complejo y, sobre todo, una necesidad: la de estar a la altura de una incomodidad. Un rival relevante. De nombre grande, de historia enorme, de presente para inquietar.
El primer tiempo fue una demostración de que este Racing puede tener varias caras. Incluso con ausencias en la formación inicial, con traumas de circunstancias recientes, con dificultades propias del tramo decisivo.
Y cuando parecía que se encaminaba a la victoria, a dos minutos del final, el equipo brasileño llegó a la igualdad. Gustavo Henrique Da Silva Souza sentenció el 1 a 1.