La situación que provocó el reclamo se inició el 29 de junio, cuando el gerente del nosocomio, José Antonio Soto Ruiz, decidió cambiar la jefa del programa de Fiscalización y Control que se hace cargo de mantenimiento y servicios generales.
La nueva jefa decidió modificar los cronogramas de horarios de los trabajadores ese día, para iniciar con los nuevos el 1° de julio, es decir, dos días después de la notificación a los trabajadores.
En dicho cronograma, se debían trabajar seis días y descansar dos, modalidad que afectó principalmente a los trabajadores contratados debido a que ellos cobran por hora. Hasta ese cambio, podían llegar a 160 horas por mes, y con la nueva modalidad llegarían hasta unas 120, afectándolos económicamente.
A esa situación, se sumó que los designados en planta temporaria deben "ceder" uno de sus días de descanso si quieren realizar horas guardia en los fines de semana. Lo mismo pasa con los contratados: si buscan cumplir las 160 horas, deberán descansar sólo un día.
Incluso, la jefa respondió ante la consulta de cómo se harían los cambios de las declaraciones juradas sobre los horarios laborales, "que los llenaría ella".
Un caso puntual fue de una trabajadora que también estudia y había logrado hacer las dos actividades, lo que se complejizó con la decisión de cambiar los horarios. Sin embargo, cuando quiso dialogar, la respuesta fue que renuncie o que deje de estudiar.
Los trabajadores reclaman que la nueva jefa no hizo un diagnóstico por agente antes de realizar las modificaciones, con dos días de anticipación y sin diálogo. Además, se presentó únicamente con el grupo de la mañana y no así con quienes están a la tarde.
