En diálogo con Hora de Voces (FM Ya 91.3), Pereyra fue consultado sobre la ayuda del gobierno nacional para padres con chicos en instituciones privadas, medida que el presidente afirmó está en vigencia, y respondió: “Definitivamente no hay nada de información con respecto a eso. Según lo que escuchamos de la entrevista del señor presidente, era que dependía, que era una gestión que se hacía ante el ANSES, pero francamente las familias, ninguno se acercó a pedir ni siquiera la constancia de inscripción o la constancia de alumno regular, que creo que es el requisito mínimo que podrían solicitar, pero no hubo ningún tipo de novedad con respecto a eso”.
A ello, agregó que lo manifestado por Milei no se materializó en Salta y consideró que “la mirada sigue centralizada” en el área metropolitana de Buenos Aires, donde la gran mayoría de los colegios son privados y están subvencionados.
En cuanto al contexto de crisis, Pereyra habló sobre el mínimo aporte estatal de la provincia que habían logrado conseguir dos años atrás desde su sector, en un reclamo por la equidad en la distribución entre los privados confesionales y los no confesionales.
“El 2 de febrero nos depositaron lo que correspondía a octubre del año pasado. Estamos gestionando y vamos con muchas expectativas y muchas esperanzas de que se revierta esto y en poco tiempo podamos recibir esa ayuda. Estamos hablando de cuatro meses que justo nos agarran en vacaciones, que es la época en que no se cobran cuotas y así todos tenemos que cumplir con las obligaciones, con los salarios y alquileres, y la verdad que recibirlo en febrero, esperábamos al menos dos meses y no, nos dieron uno”, comentó.
El aporte recibido es un equivalente al 15% del total de la masa salarial, pero a valores de octubre cobrándolo en febrero, el monto está totalmente licuado. En el caso de los colegios confesionales, la mayoría recibe de subsidio alrededor del 80% de la masa salarial total.
A pesar de esta situación, Pereyra afirmó que está expectante sobre todo por la buena línea de comunicación que se mantiene con la gestión de Cristina Fiore en el Ministerio de Educación, con quien mantuvieron un encuentro la semana pasada donde se comprometió a formar una mesa, junto a los colegios confesionales, para buscar una redistribución equitativa de los subsidios.
Los colegios hoy no solo afrontan el pago de los salarios y sus respectivos aumentos de acuerdo a las paritarias, sino que también afrontan el pago de alquileres que tuvieron un fuerte aumento en estos últimos meses y de los servicios como agua y luz, que también incrementaron a niveles difíciles de sostener.
Ante tantos incrementos y una ayuda insuficiente, la única opción de las instituciones para sostenerse es con el aumento de las cuotas por cada chico, que hoy tienen un gran abanico en la ciudad de Salta.
Los más económicos son generalmente los del tipo cooperativa, que pueden rondar entre los 30 y 50 mil pesos por mes; luego otros que van entre 50 y 80 mil pesos, y otros que tienen características como jornadas extendidas, que pueden llegar a 130 mil pesos por mes.
“La realidad es que los colegios de nuestras características, que eran relativamente económicos, nos vimos en la necesidad de ir subiendo las cuotas en función de las paritarias, que también eran escalonadas, y la gente lamentablemente por un lado comenzó a asustarse y por otro lado que definitivamente los números familiares no acompañan y lo primero que se deja de pagar es el colegio o la prepaga”, indicó.
Esa situación provocó una importante migración de estudiantes de los colegios privados a colegios más económicos o hacía la educación pública. Sin embargo, esperan que la migración no sea mayor entendiendo que las familias que decidieron iniciar el ciclo lectivo en estos colegios prevén poder llegar, al menos, hasta fin de año.
