Orozco tomó la palabra después del diputado Máximo Kirchner, a quien acusó de tener “alergia a trabajar” y de quien se diferenció asegurando que “no soy hija de nadie”.
“En nombre de todos los diputados y de este honorable cuerpo le voy a pedir disculpas a todos los argentinos. ¿Saben por qué? Porque tuvieron que aguantar un discurso paupérrimo del heredero de la máxima corrupción de este país”, dijo.
Seguidamente, criticó al ex gobierno anterior manifestando que no estarían debatiendo una reforma si “ustedes no nos habrían heredado un país sumergido en la pobreza”.
Seguidamente, se dedicó a enumerar actos de corrupción para “refrescar la memoria”: “La muerte del doctor Nisman. Mis respetos a la familia. Sí, porque todavía está sin resolver. Insaurraldes y sus yates. ¿Cuántos Insaurraldes tenemos en las provincias, en las ciudades, en los municipios que nos funden y después tienen el tupé de hablar de austeridad? La causa de los cuadernos. A ver si no se les mueve un poco la cara de piedra. Los sobreprecios de AYSA. Los bolsos llenos de dólares de López. Aníbal Fernández y la efedrina. La causa Hotesur y los sauces. La compra millonaria de viandas en el Ministerio de la Mujer que no solucionaron nada. Vengo de una de las provincias con la mayor tasa de femicidios. ¿Ustedes creen que solucionaron algo? No. Con conferencias y mesas de diálogo no hacemos nada”.
Orozco también afirmó que el mayor hecho de corrupción está “en la obra pública” que afirmó se dio en el gobierno anterior, a quienes acusó de “enriquecerse ilícitamente”.
En el tramo final, citó a Nayib Bukele, presidente de Ecuador, afirmando que “se ganó mi admiración”: “Recibió a un país igual de devastado que este. ¿Y sabe lo que dijo Bukele? Y se lo voy a decir con palabras simples y no tan rimbombantes. La plata alcanza cuando no se la roban. Nosotros vamos a trabajar con este proyecto de ley para tener un Estado transparente, eficiente y austero. ¿Saben por qué? Ustedes no nos pueden dar lecciones de nada. Lo único que pueden dar lecciones es de cómo fundir un país y enriquecerse ilícitamente”.
Ante el discurso de la salteña, el diputado Germán Martínez de Unión por la Patria respondió: “Si quieren invertir tiempo en descalificar tengan en cuenta el artículo 180 del reglamento, que dice claramente que están absolutamente prohibidas las alusiones irrespetuosas sobre la cámara, el congreso y sus miembros; por lo tanto, utilicen el tiempo para defender este desquicio que mandaron al congreso en lugar de estar descalificando a otro diputado”.
A las críticas a la exposición de Orozco, se sumó la diputada Paula Oliveto, de Hacemos Coalición Federal, quien afirmó que se sintió “lesionada como legisladora” ante un debate que debería ser con respeto, ideas y reflexión, pero se limitó a las descalificaciones entre bancadas.
Tras su alocución, los únicos legisladores salteños que aún no tomaron la palabra en el recinto son Pablo Outes y Yolanda Vega.
