Previo a ello, se llevaron a cabo los alegatos, circunstancias en que la fiscal penal de Unidad de Femicidios Mónica Poma solicitó para Antonio Gallo la pena de prisión perpetua por considerarlo autor del delito de homicidio calificado por la relación de pareja preexistente y por mediar violencia de género en perjuicio de Mamaní.
Al referirse al caso, la fiscal ratificó la acusación en contra de Gallo, quien llegó a debate acusado de matar a su mujer armado con un cuchillo, hecho ocurrido el 14 de julio de 2020 en una vivienda que la víctima ocupaba en el barrio Río Grande, en la localidad de El Bordo. Ese día, Gallo irrumpió en la casa de su exmujer, a quien le habría reclamado a Mamaní algunos episodios de celos, tras lo cual le asestó una profunda herida en el cuello, lesión que le causó la muerte en el piso de la cocina de la vivienda.
Gallo, reconocido por otros familiares como responsable del crimen, se marchó de la vivienda, mientras su esposa era auxiliada en vano, pues la herida le quitó la vida en cuestión de segundos a raíz de una severa hemorragia.
Se entregó
Minutos más tarde, Gallo se presentó en la subcomisaría de esa localidad, donde reconoció haber matado a Mamaní, entregándose por el homicidio. “Maté a mi mujer”. Gallo tenía manchas sanguinolentas en el pantalón y en la campera.
Tras relatar lo sucedido, destacar las pruebas y testimonios en contra de Gallo, la fiscal solicitó la condena de pena máxima. En tanto, el defensor de Gallo solicitó que se le aplique una pena de ocho años de prisión por el delito de homicidio atenuado.
Tras deliberar al respecto, los jueces Javier Aranibar, Martín Pérez y Federico Armiñana Dohorman, dieron a conocer el veredicto, mediante el cual condenaron a Gallo a la pena de prisión perpetua. En el mismo fallo se dispuso la extracción de material genético del condenado por parte del Servicio de Biología Molecular del Departamento Técnico del CIF, previa asignación del Dato Único de Identificación Genética (DUIG), para su incorporación en el Banco de Datos Genéticos.