A través del decreto 198/2024, que lleva las firmas del presidente Javier Milei y la ministra de Capital Humano Sandra Petovello, se decidió sustituir el programa de inclusión laboral.
En primera instancia, se abrirá el Programa Volver al Trabajo, que se explicó de la siguiente forma: “Tendrá por finalidad desarrollar y consolidar un nivel de competencias sociolaborales para sus beneficiarios que les permita alcanzar un nivel de empleabilidad inicial real y mejorar sus oportunidades de inserción laboral a través de su participación en actividades de formación laboral, prácticas formativas en ambientes de trabajo y asistencia al desarrollo de emprendimientos productivos individuales o asociativos”.
Esta línea del programa volverá compatible la asistencia (valuado actualmente en $78.000) con el trabajo registrado, mientras los haberes no superen tres salarios mínimos (aproximadamente $540.000).
En segundo lugar, se creará el Programa de Acompañamiento Social, con el objetivo de promover la inclusión social y la mejora de las condiciones de vida de los hogares con mayor grado de exclusión y vulnerabilidad social, apuntando a fortalecer su núcleo familiar y la comunidad en donde viven.
El Potenciar Trabajo se mantendrá como tal hasta que se complete la transferencia y redistribución del total de titulares actuales.
Estas modificaciones surgen de que, para las autoridades nacionales, el programa se encontraba mal diseñado y que no cumplió los objetivos para los que se había creado. Incluso, un relevamiento realizado por el Ministerio de Capital Humano determinó que de las 1.4 millones de personas registradas en el programa, solo el 1.3% logró conseguir empleo.
Sin intermediarios
El principal objetivo de estas modificaciones es eliminar a las organizaciones sociales como intermediarias de los cobros. Para ello, se pusieron en marcha distintas medidas.
Una de ellas determinó: “Los beneficios económicos se asignarán y distribuirán directamente a los beneficiarios, sin pasar por intermediarios, lo cual asegura que los recursos lleguen efectivamente a sus destinatarios sin posibilidad de manejo discrecional”.
A ello, se agrega la eliminación de las planillas de asistencias que utilizaban las Unidades de Gestión (manejadas por las organizaciones sociales) para comprobar ante Nación que el beneficiario se encontraba realizando las tareas otorgadas. Con ello, se suprime la obligatoriedad de la presencialidad en estas unidas, lo que disminuye el control de las organizaciones sobre las personas.
