San Lorenzo vivió ayer todo aquello con lo que soñó antes que comenzase a rodar la pelota: derrotó, en este caso 2-0, en el clásico a Huracán, y se trepó al segundo lugar de la tabla de posiciones, detrás de Estudiantes de La Plata.
El triunfo del Ciclón resultó totalmente justo, pero no evitó que la gente de Huracán, con su entrenador Ricardo Caruso Lombardi a la cabeza, le reclamara airadamente al árbitro Darío Herrera dos jugadas puntuales: la que provocó el penal, que Marcos Díaz le terminara atajando a Néstor Ortigoza, y la expulsión de Patricio Toranzo, a los 14 minutos del segundo tiempo.
Lo cierto es que Huracán, que de los últimos doce puntos apenas ganó uno, prácticamente no atacó en la segunda etapa, y en el primero cometió varios errores, uno de los cuales concluyó con el gol del uruguayo Martín Cauteruccio, el primero del local.
Fue luego de recibir una pelota de Blanco y recorrer varios metros, para abrir el marcador.
Dos minutos más tarde, la visita tuvo su oportunidad para empatar, cuando Mariano González envió un centro desde la derecha y Pussetto, anticipándose a su marca, tocó el balón, pero Torrico en una espectacular atajada sacó el disparo cerca de la línea. La acción del arquero fue sensacional.
San Lorenzo cerró el partido cuando Belluschi y Blanco armaron una buena jugada. Blanco dejó atrás dos rivales y anotó el segundo gol.