La consigna es dejar (liberar) libros en espacios públicos como plazas, mercados, bares, transportes públicos, cines o museos para que otras personas puedan leerlos.
Una vez leídos, la idea es que vuelvan a liberarlos para que otro lector pueda acceder a ellos. La iniciativa es organizada por el Ministerio de Cultura y Turismo de la provincia, a través de la Subsecretaría de Promoción Cultural y de la Coordinación General de Bibliotecas y Archivo, en adhesión al Movimiento Mundial de Liberación de Libros, ya que es una actividad que contribuye a difundir la cultura y a promover el hábito de la lectura como experiencia recreativa.
En distintos países del mundo se recrea año a año esta experiencia, en un presente en donde los libros en soporte papel deben librar una batalla contra los formatos digitales.
En cuanto a los ejemplares, son referidos a diversas temáticas. Algunos son de la Biblioteca Provincial Doctor Victorino de la Plaza, correspondientes al Fondo Editorial de la Secretaría de Cultura y a los concursos literarios de la Secretaría de Cultura. También se sumarán ejemplares donados por autores y editoriales, comprometidos con la promoción del libro y la lectura.
En las ediciones anteriores, muchos salteños se sumaron a esta propuesta en diferentes puntos de la provincia, contribuyendo a generar nuevos lectores y a fortalecer el hábito. Muchos otros disfrutaron la maravillosa experiencia de encontrarse un libro dejado con un texto que invitaba a llevárselo y ser parte de esta dinámica mundial.
Hasta el 17 de marzo se recibirá material que particulares ofrezcan para este fin. Las sedes habilitadas para la recepción son: la Subsecretaría de Promoción Cultural, Buenos Aires 93, y la Coordinación General de Bibliotecas y Archivo, Belgrano 1002.
Caída del hábido de la lectura
Si bien los pasillos de las Ferias del Libro suelen explotar con gente interesada en la lectura, hay análisis que muestran que a la hora de optar por un entretenimiento sólo el 11% de la población urbana del país elige un libro.
Así surge de un informe de 2015 de la consultora Quiroga.
Este sondeo indicaba además algunas curiosidades, como los horarios más habituales de lectura, que resultaron ser por la tarde y las últimas de la noche, y que el lector frecuente realiza sus compras principalmente en librerías particulares o cadenas de librerías.
A esos datos se le suma una abrupta caída del hábito de la lectura, comparado con datos de 2005; por ejemplo, el porcentaje de jóvenes de entre 12 y 17 años que dijeron ser lectores frecuentes de libros cayó del 15% al 7%.