En la epoca colonial el predio estaba ocupado desde 1596 por la Iglesia y Colegio de la Compañía de Jesús, en 1794 se traslada a ella la Iglesia Matriz de la ciudad, en virtud de que la misma estaba destruida después del terremoto de 1692.
El progreso de la capital y el crecimiento de su población llevó a que se contruya en ese espacio un edificio que respondiera a la cultura tradicional salteña como adhesión al Centenario de la Batalla de Salta, es así que se compra a la Curia Eclesiástica una propiedad ubicada frente a la plaza 9 de Julio, terreno que perteneciera antiguamente a la compañía de Jesús, para la construcción del edificio del Club 20 de Febrero.
Los planos para el diseño del edificio fueron encargados al arquitecto Arturo Prins y la obra fue ejecutada por los ingenieros y arquitectos Cornejo y Correa.
La inauguración se llevo a cabo un 25 de Mayo de 1913. En 1950 sería expropiado y se transformaría en Casa de Gobierno hasta el año 1987.
Modificaciones
Al fin de alojar numerosas oficinas y una gran cantidad de personal, tuvieron lugar profundas reformas, se colocaron tabiques y paneles para subdividir espacios, se crearon entrepisos y se cegó la carpintería original.
Por ese año -1987-se desempeñana como gobernador. Roberto Romero, quien trasladó la administración del Gobierno al Centro Cívico.
Tras restaurar el edificio de Mitre 23, en enero de 1988 durante el gobierno de Hernán Cornejo se abren las puertas del Centro Cultural América.
Fue declarado Monumento Histórico Nacional por Decreto Nº 149 el 3 de Febrero de 1994.
En el año 2009, el Ministerio de Turismo y Cultura toma bajo su responsabilidad la totalidad del edificio, creando una Comisión para la Recuperación y Refuncionalización del mismo, que desde entonces viene realizando diferentes actividades a fin de reactivar el Centro Cultural América y mejorar su condición para que pueda ser disfrutado tanto por la población salteña como por los numerosos turistas que lo visitan.
Del edificio
Se trata de una construcción que responde al más puro academicismo francés. Con una fachada dividida en tres niveles, acceso, planta noble y mansarda.
Cuenta con columnas y perfiles de hierro y bronce, una avanzada para esos años, sus pisos cubiertos de mosaicos tipo venecianos policromados. Destacan en su interior los vitrales importados de Milán y el mármol que recubre su escalera central.