El fenómeno conocido como “espaguetificación”, también llamado “evento de disrupción de la marea”, es el más cercano a la tierra observado hasta ahora, a solo 215 millones de años luz.
Esta cercanía a permitiendo que haya sido observado como nunca antes. Este tipo de eventos en los cuales una estrella experimenta lo que se conoce como espaguetificación al ser atraída por un agujero negro, resultan poco comunes y no siempre son sencillos de estudiar.
Para saber lo que sucede cuando una estrella es devorada por un monstruo de este tipo, el grupo empleo el telescopio VLT (Very Large Telescope) y el NTT (New T echnology Telescope) ambos del Observatorio Europeo Austral (ESO, por sus siglas en inglés) y situados en Chile. Los investigadores apuntaron hacia un nuevo destello de luz que tuvo lugar el año pasado cerca de un agujero negro supermasivo.
El descubrimiento fue posible porque el evento de disrupción de marea que el equipo estudió, AT2019qiz, ubicado en una galaxia espiral de la constelación de Eridanus, se halló poco tiempo después de que la estrella fuera destrozada. Hasta ahora, los astrónomos han tenido problemas para investigar estas ráfagas de luz que a menudo se ven oscurecidas por una cortina de polvo y escombros.
El equipo llevó a cabo observaciones durante un período de seis meses, a lo largo de los cuales la llamarada creció en luminosidad y luego se desvaneció. Las medidas llevadas a cabo en luz ultravioleta, rango óptico, rayos X y ondas de radio, revelaron, por primera vez, una conexión directa entre el material que fluye de la estrella y el brillante destello emitido a medida que es devorada por el agujero negro.
“Las observaciones mostraron que la estrella tenía aproximadamente la misma masa que nuestro propio Sol y que el monstruoso agujero negro, que un millón de veces más masivo, le había hecho perder aproximadamente la mitad de esa masa”, afirma en el comunicado Matt Nicholl, profesor e investigador de la Real Sociedad Astronómica en la Universidad de Birmingham y autor principal del nuevo estudio.
La investigación permite entender mejor los agujeros negros supermasivos y cómo se comporta la materia en los entornos de gravedad extrema que los rodean. El equipo afirma que AT2019qiz podría incluso actuar como una “piedra de Rosetta” para interpretar futuras observaciones de eventos de disrupción de marea.