Desde diciembre del año pasado, los hijos de un año y medio, 3, 5, 7, 11, 13, 16, 18 y 19 años viven junto a sus padres Paola de 38 y Walter Bulacio de 40 en dos carpas y pagan $260 por día por el grupo familiar. Bulacio padece diabetes y su hijo de 18 años tiene una discapacidad por la que cobran una pensión.
Por el momento el joven de 19 años y Bulacio hacen "changas" que les aparecen. Paola contó a Nuevo Diario que su marido es maestro pastelero y que a mediado del año pasado quedó sin trabajo. "Vivimos en el Xamena porque nos quedamos sin casa cuando nos desalojaron del Intersindical.
Mi marido corta pasto y cobramos una pensión por discapacidad de mi hijo. Con lo que pagamos en el camping podríamos pagar un alquiler, pero como no tenemos recibo de sueldo ni garantes no podemos alquilar, y no me aceptan por tener tantos chicos", sostuvo la mujer.
"Ante la desesperación de no tener a dónde ir, que era al lado del río o al costado de una ruta, diosito me iluminó y le dije a mi marido que vengamos al Xamena porque tenemos agua, luz y baños, así que nos vinimos", relató.
Precisó que por no tener recibo de sueldo en la Subsecretaría de Tierra y Hábitat no le aceptaron iniciar expedientes para acceder a un terreno. "En Asistencia Crítica me dijeron que van a interceder ante el IPV (Instituto Provincial de la Vivienda) para que nos den alguna casa de las que se judicializan y eso lleva tiempo.
En diciembre por las lluvias perdimos todo, la ropa de abrigo y los muebles", concluyó.