En la homilía que se llevó a cabo el domingo último, Cargnello tomó las palabras de la homilía de monseñor Oscar Ojea, presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, que en la mañana del domingo dio en la iglesia de Luján.
Luego, ya en sus propias palabras, sostuvo que: “un hombre es libre cuando su conciencia no se vende, sólo se somete ante la verdad. Una nación es libre y soberana cuando sus gobernantes deciden de cara a la verdad y no venden su conciencia a ningún poder ajeno, ni a sus intereses privados, ni a otro poder del Estado, ni a un partido político, ni a un poder económico, mediático o de presión social. Y sólo la verdad sostiene la búsqueda del bien común, sin ella el bien común se desvirtúa, se pervierte”.
Agregó que: “en la construcción del sistema democrático el pueblo confía la conciencia de la patria que marca su proyecto a quienes deliberan en su nombre. Así como en 1816, los congresales de julio deliberaron y decidieron la independencia nacional de cara a Dios y a la historia, hoy nuestros 72 senadores deben delibrar y decidir por los más de cuarenta millones de argentinos”.
Cargnello, en nombre de los argentinos solicitó a los senadores que defiendan la vida, “que sean creativos a la hora de defender la vida de la madre y del niño, del niño y de la madre”.
Señaló que causaría mucho dolor a los argentinos que se aprobara una ley que legitime la eliminación de un ser humano por otro ser humano. “Sería un acto injusto, un retroceso institucional. Creo que puedo animarlos a poner de pie a la Argentina en la defensa de la vida del más indefenso. Decir sí a la vida es, en esta ocasión, sembrar una nueva cultura en el corazón de una civilización herida por un clima de competencia, de descuido del otro, de falta de solidaridad real con los hermanos. ¡No teman! ¡No se achiquen! ¡No nos defrauden!” , añadió.
Afirmó que “la ciencia nos avisa que una nueva vida comienza a existir desde el momento de la concepción”.
Aseguró que la jurisprudencia se manifestó en la voz de muy autorizados juristas que afirman la inconstitucionalidad de una ley que legalice el aborto”.
Para finalizar, Cargnello sentenció: “que la verdad ilumine sus conciencias, queridos senadores. Que la fuerza de esta conciencia los haga audaces para decir sí a la vida, sí a toda vida, porque toda vida vale. Y desde allí sean creativos a la hora de proponer caminos y leyes que ayuden a las mamás en su camino sagrado. Se trata de hacer posible la vida de todos, no de condenar al inocente”.