El acto recordatorio será el próximo 4 de agosto, cuando se cumplirán 41 años de su desaparición, a las 11, en la sede del IPS (donde trabajaba), en la calle España casi 20 de Febrero. Ahí se colocará una baldosa con su nombre, en el marco del programa Baldosas por la Memoria, informó Nora Leonard, de la Asociación de Derechos Humanos Lucrecia Barquet.
Enrique tenía 20 años cuando fue secuestrado. Estudiaba abogacía en la Universidad Católica. Había vuelto a la provincia luego de un episodio en San Miguel de Tucumán en el que él y otros compañeros que militaban en movimientos estudiantiles y en el Partido Socialista de los Trabajadores (PST) se sintieron perseguidos.
Sin embargo, como él no militancia, consideró que no corría peligro quedándose con sus padres. El 4 de agosto estaba estudiando en su casa y salió a comprar cigarrillos. Se sabe que entonces fue abordado por ocupantes de un automóvil, en el que se lo llevaron con destino hasta ahora desconocido.
Los testigos coinciden en que su padre lo buscó intensamente, pero nunca pudo obtener datos de su paradero.
Por su desaparición fueron condenados en 2013 el militar Carlos Alberto Mulhall y el ex jefe de Seguridad de la Policía de Salta, Joaquín Guil, en calidad de autores mediatos.