La habilitación de la Plaza 9 de Julio formó parte de uno de los reclamos más importantes de la sociedad salteña hacía la intendenta Bettina Romero, en el marco de la festividad del Milagro Salteño.
La obra cuenta con múltiples polémicas partiendo de la cantidad de fondos municipales que fueron utilizados.
En principio, los funcionarios municipales del área de Desarrollo Urbano defendieron el desembolso de dinero, amparados en que la obra era financiada por el gobierno nacional ($120 millones).
Sin embargo, las variables inflacionarias obligaron a generar procesos de redeterminación de precios que fueron financiados por fondos del municipio. Actualmente la obra tiene un costo de más de $253 millones (el doble del financiamiento) y los montos extras fueron imputados a las arcas municipales.
La falta en las obras
Pese al gran desembolso de dinero, la nueva parte de la Plaza 9 de Julio que habilitaron de cara al milagro no cuenta con baldosas.
Según aclararon de parte de la Municipalidad, las obras continuarán post-milagro.
Quien salió a respaldar la realización de la obra fue la coordinadora de la Comisión de Preservación Arquitectónico Urbanístico (CoPAUPS) en Salta, Macarena Morillo.
En dialogo con FM Profesional, Morillo apuntó a que los monumentos, fuentes, glorietas y esculturas se conservaron por la historia que representan. La arquitecta destacó que hubo un trabajo intenso “en las venas”, es decir, en el riego y la instalación eléctrica necesaria, obras que a simple vista no se ven pero que demandan una gran inversión.
Pese a la defensa del organismo, la CoPAUPS es una entidad que tiene una filiación con la familia de la intendenta.
Su titular Laura Saha, es cónyuge de Marcelo Romero, hermano del ex gobernador y por ende tío de la jefa comunal.
